Con un doblete de Raphinha y un tanto de Christensen, que supuso la remontada, el Barcelona venció en el Parque de los Príncipes (2-3) al PSG de un desdibujado Kylian Mbappé, y se hizo con una buena opción de clasificar a la semifinales de la Champions League. El otro equipo español, Atlético de Madrid, también ganó en la ida de cuartos de final, jugando de local, despachó al Borussia Dortmund con 2-1 que no es prenda de garantía.
En un duelo presenciado por Ronaldinho, el jugador que vistió ambas camisetas, que los aficionados locales presentaron con música de la Guerra de las Galaxias, fueron los barcelonistas los que derrotaron al imperio catarí.
El toque de atención para los locales llegó en un saque de esquina de Gundogan que Lewandowski cabeceó, superando una mala salida de Donnarumma, pero que Nuno Mendes sacó sobre la línea.
Fue un preludio de lo que sucedió en el 37, una combinación entre el veterano polaco y el joven español Yamal, que con el exterior del pie colocó el balón a media altura, un balón mal despejado por el meta transalpino que dejó el balón en los pies de Raphinha que ajustó su disparo a la red, su primer tanto europeo.
Luis Enrique tocó arrebato, colocó a Barcola en el campo y el equipo para el segundo tiempo salió en tromba, sorprendiendo a un Barcelona que volvió del vestuario atenazado y en dos minutos tiró la renta por la borda.
Dembelé, el jugador que este verano decidió cambiar Barcelona por París, logró la igualada en una buena jugada que pilló dormida a la defensa y resolvió de un zambombazo que llegó a la red en su primer gol en Europa y el segundo en la temporada. Dos minutos más tarde Vitinha perforó con asombrosa facilidad las líneas barcelonistas y adelantó a su equipo dejando “grogui” a los dirigidos por Xavi.
Quiso reactivar a su equipo el técnico dando entrada a Pedri y la apuesta fue inmediata. En el primer balón que tocaba el joven centrocampista se inventó un pase mágico para que Raphinha, sin dejarlo tocar el césped, batiera a Donnarumma (2-2).
El empate también equilibró los ánimos, aunque el PSG, liderado por Vitinha ante la incomparecencia de Mbappé, pareció más lanzado al ataque y Dembelé estrelló un balón en el palo en el 75, pero dos más tarde, en un saque de esquina, los franceses desajustaron la defensa y Christensen, que acababa de sustituir a De Jong, cabeceó el tercero del Barcelona.
EN MADRID
El Atlético de Madrid desbordó inicialmente al Borussia Dortmund en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, logrando la ventaja como local en el Metropolitano para la vuelta dentro de una semana en el Signal Iduna Park (Alemania), con los goles de Rodrigo de Paul y Samuel Lino en un comienzo formidable, al que se opuso el contratiempo final del 2-1 anotado por Sebastian Haller.
Un borrón que redujo la demostración del conjunto rojiblanco, que entró al partido como un torbellino. Advertido de la intensidad por la que se mueve su adversario, el grupo de Simeone fue más allá. Lo rebasó. Sin términos medios. No los admite jamás su fortaleza en casa. Ni mucho menos el horizonte de la vuelta en Alemania, a la que acudirá con una renta más corta de lo que mereció, seguramente; mucho menos prometedora, más inquietante.
