La destitución de la vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Dina Chuquimia, ha generado controversia al ser considerada inconstitucional tanto por la facción «radical» del Movimiento Al Socialismo (MAS) como por la oposición. Esta situación ha avivado el debate sobre el tema.
El senador «evista» Luis Adolfo Flores ha llamado a la reflexión al Presidente Luis Arce y a todos los involucrados en el decreto de designación de un nuevo vocal del TSE. Flores sostiene que cuando se comete un error, lo correcto es reconocerlo y retroceder.
Argumentos constitucionales en juego
Según la Constitución, el Presidente tiene la facultad de designar y destituir miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, pero solo puede designar vocales del TSE y no tiene el poder para cesar sus funciones. Por lo tanto, Dina Chuquimia sigue ejerciendo legalmente el cargo, ya que no cumple con ninguno de los parámetros para dejarlo.
Chuquimia no ha renunciado, no ha cometido ningún delito ni ha sido condenada, no ha fallecido y no tiene ninguna incapacidad. Además, no ha cumplido con su mandato de seis años. Ante esta situación, el senador del MAS señala que Chuquimia incluso podría presentar un amparo constitucional por esta irregularidad.
Posibles acciones legales y agravamiento del conflicto
Se plantea la posibilidad de que cualquier parlamentario solicite la inconstitucionalidad abstracta de este hecho. Además, se está analizando la posibilidad de considerar este acto como acoso político. Estas acciones podrían agravar aún más el conflicto.
El legislador del MAS considera que se debe reconsiderar la designación inconstitucional del señor Gustavo Ávila, ya que va en contra de las normativas nacionales.
Antecedentes de actuaciones fuera de la norma
El diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Alarcón, recuerda que esta no es la primera vez que el Presidente Luis Arce actúa fuera de la norma, ya que también reemplazó a vocales electorales de tribunales departamentales. Alarcón considera que este hecho no solo es ilegal, sino que también degrada la imagen del TSE.