Always Ready aseguró su clasificación a la tercera fase de la Copa Libertadores hace una semana con el 6-1 conseguido en El Alto, razón por la cual jugó contra Sporting Cristal, en Lima, sin presión y la derrota que sufrió, la noche de este martes, por 1-3, quedó como un dato estadístico.
Antes de pisar Lima, el cuadro de la banda roja estaba volteando la mirada en su próximo adversario, que será Academia Puerto Cabello (Venezuela) o Nacional (Uruguay). El primer cotejo de la próxima fase será la siguiente semana en el estadio de Villa Ingenio, de El Alto.
El equipo “millonario” jugó con soltura, enfocándose en defender la diferencia alcanzada en la ida, pero su planteamiento fue más allá, porque al menor descuido consiguió un gol más, mandando por los aires cualquier esperanza de la afición celeste, que acompañó a su equipo en un número aproximado de 40 mil espectadores en el estadio Nacional.
Adalid Terrazas anotó el 1-0 a favor de Always Ready, a los 16 minutos, con un remate de tiro libre, sorprendiendo al arquero Renato Solís, quien reclamó a su barrera por abrirse por un costado. Este gol fue lapidario.
El triplete anotado por Martín Cauteruccio pasó desapercibido. En otras circunstancias habría sido motivo de festejo, ahora se perderá en la historia del jugador y del club como una anécdota.
Cauteruccio anotó el 1-1 con un golpe de cabeza a los 36 minutos, amplió la cuenta (2-1) a los 46´ lanzándose por el balón y el 3-1 subió a los 78´ con un frentazo. En la ida también convirtió, siendo el único jugador que se salvó de las críticas a la finalización de este duelo.
La diferencia de goles provocó un exceso de confianza en la última línea de la banda roja o quizá hay errores que corregir, porque los tres goles de los cerveceros mostraron una marcación floja y sin carácter.
En el primer gol de Cauteruccio anotó de cabeza libre de marcación dentro del área, sin saltar. En la segunda conquista ganó la espalda a su marcador para conectar la pelota en el primer palo y en la tercera conquista de nuevo falló la defensa, permitiendo que el adversario pueda darle dirección a su remate.
