La extinción de especies de flora y fauna, la contaminación de fuentes de agua y la radiación en tierras de cultivo son algunas consecuencias de la guerra en el medioambiente. Sin embargo, este tema no está presente en el programa oficial de la Cumbre del Clima de la ONU (COP28), que por primera vez dedica un día temático al Socorro, Recuperación y Paz.
Según detalla la ONU en su web oficial, esta jornada se enfocará en acelerar la adaptación, prevenir y abordar las pérdidas y los daños causados por conflictos armados. A pesar de esto, ninguna sesión oficial aborda los efectos de la violencia en el entorno natural ni su implicación en el cambio climático.
Peticiones para incluir el tema
Organizaciones críticas a los conflictos armados han reclamado durante mucho tiempo que se incluya este tema en las discusiones oficiales. Por otro lado, se llevarán a cabo debates paralelos sobre este asunto organizados por la sociedad civil.
Declaración sobre Clima, Socorro, Recuperación y Paz
Se espera que durante esta jornada, la presidencia de COP28 publique una Declaración sobre Clima, Socorro, Recuperación y Paz. Según un borrador destacado por Conflict and Environment Observatory (CEOBS), se resalta la necesidad urgente de ampliar los recursos financieros para atender zonas y poblaciones afectadas por guerras. Sin embargo, no se presta atención a cómo estas actividades militares impactan en el clima.
Los efectos negativos de las guerras en el clima
Los efectos negativos causados por las guerras al clima son diversos. La circulación de vehículos militares, los disparos de carros de combate y armas pesadas, así como el lanzamiento de misiles y obuses, afectan duramente al entorno natural convertido en campo de batalla. Esto tiene numerosas consecuencias para el medioambiente y a largo plazo, con efectos sobre el cambio climático.
La visión de Chloé Meulewaeter
Chloé Meulewaeter, directora de la Alianza Iberoamericana por la Paz y doctora en Cultura de Paz del Centre Delàs d`Estudis per la Pau, señala que «la naturaleza se ve muy afectada por todos los estadios de la guerra, que tienen un gran impacto en el clima. No solo por la emisión de CO2 de todos los vehículos y artillería empleada, sino también por la emisión de otros tóxicos y el daño causado directamente sobre el ecosistema».
Efectos devastadores en la diversidad
Los conflictos armados atentan contra la diversidad en todas sus formas: tierra, mar y aire. Contaminan acuíferos, dejando la tierra estéril o con toxicidad durante años; eliminan flora autóctona; además matan, hieren y desplazan fauna local.
La huella pre y post guerra
No solo las guerras generan estos efectos adversos. También lo hacen los ejercicios militares y las situaciones posteriores al conflicto. La huella pre y post guerra es enorme. El CO2 y los tóxicos del armamento causan daños a los ecosistemas. Pero también lo hacen las bases militares, su mantenimiento y entrenamientos; además todo lo que implica la destrucción de hábitats naturales y su posterior reconstrucción.
Según Meulewaeter, «los vínculos entre la guerra y la militarización con la crisis climática son claros». Sin embargo, estas emisiones no han sido estudiadas a fondo desde que fueran excluidas del Protocolo de Kyoto en 1992 por presiones de Estados Unidos. Aunque el Acuerdo de París estableció como voluntario el reporte de estas emisiones en 2005.
Peticiones para mejorar la transparencia
Organizaciones como CEOBS y Concrete Impacts (CI) denuncian que los datos relativos a estas emisiones militares en los informes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) están camuflados en otras categorías del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Responsabilidad económica frente al clima
En un informe del año 2022, Centre Delàs concluye que los países más ricos son los principales responsables de la crisis climática al tiempo que destinan más recursos al gasto militar que a la financiación para el clima. Entre 2013 y 2021, estos países destinaron 9,45 billones de dólares al gasto militar, un 56,3% del gasto total, en comparación con alrededor de 243.900 millones de dólares en financiación adicional para el clima.
Propuestas para COP28
Ante esto, ambas organizaciones proponen que los estados pongan las emisiones militares sobre la mesa en COP28 y se comprometan a mejorar la transparencia de sus informes. Sin embargo, recalcan que las emisiones son solo uno de los muchos factores militares que afectan al medio ambiente y deben ser monitoreados.