En la frontera entre Bolivia y Chile se encuentra la pequeña comunidad cosmopolita de Pisiga-Bolívar, que con sus casi 3 mil habitantes se ha convertido en un punto de interés debido a su ubicación estratégica.
Con apenas cuatro agentes de policía para garantizar la seguridad en la zona, Pisiga-Bolívar enfrenta desafíos significativos, especialmente ahora que se ha detectado la posible presencia de grupos criminales internacionales como el Tren de Aragua.
Diversidad cultural y comercial
A pesar de su tamaño reducido, Pisiga-Bolívar es una comunidad diversa y cosmopolita con habitantes de diversas nacionalidades y culturas, lo que la hace única en la región fronteriza. Su posición geográfica convierte a esta localidad en un punto de paso para migrantes y comerciantes que se desplazan entre Bolivia y Chile.
Reto en seguridad e inmigración irregular
La comunidad enfrenta desafíos significativos relacionados con la seguridad y el control de la inmigración irregular, lo cual ha requerido una mayor atención por parte de las autoridades locales y nacionales. La presencia únicamente de cuatro policías para atender esta área representa un desafío adicional en un entorno constantemente cambiante.
Pisiga-Bolívar: punto clave entre dos países
A pesar de estos retos, Pisiga-Bolívar mantiene su importancia como punto de conexión y tránsito entre Bolivia y Chile. Su identidad multicultural y su papel en la región fronteriza son elementos destacados en medio de la complejidad de la situación actual.