Héctor Garibay, un joven deportista orureño, encontró su pasión por el atletismo de forma inesperada. Todo comenzó en una tarde calurosa de abril de 2018, cuando se topó con los entrenadores del club «Pie de Viento» y del Programa de Alto Rendimiento de la Gobernación de Oruro, Nemia Coca y Marcelo Peñaranda. Ellos quedaron sorprendidos al ver a Garibay correr sin cesar alrededor de la pista de tartán del estadio «Jesús Bermúdez».
La razón detrás de su frenética carrera era una lesión que sufrió mientras jugaba fútbol. Los médicos le recomendaron trotar como parte de su rehabilitación. Los entrenadores reconocieron las cualidades atléticas innatas en Garibay y no dudaron en invitarlo a unirse a su grupo. Aunque al principio tuvo sus dudas, fue motivado por la posibilidad de ganar dinero a través de las bien remuneradas pruebas 10K.
Según relata Nemia Coca, la primera prueba en la que participaron juntos fue la 10K de Tarija en 2018, donde Garibay superó todas las expectativas al terminar en sexto lugar. Sin embargo, hubo varios aspectos técnicos que debieron corregir, como el braceo adecuado y aumentar el ancho de sus zancadas para evitar fatigarse prematuramente. Estos son detalles que normalmente se aprenden desde temprana edad en el atletismo, pero para Garibay esta oportunidad llegó cuando ya tenía más de 30 años.
Coca también menciona una prueba internacional en Perú donde enfrentaron varias dificultades para participar, pero Garibay demostró su talento al ganar con gran ventaja sobre los demás competidores.
Hasta la fecha, Héctor ha participado en cinco maratones (42 kilómetros). Ha obtenido dos primeros lugares, uno en la maratón de Argentina en octubre de 2021 y otro en la maratón de México el domingo por la mañana. Además, ha tenido destacadas actuaciones en Sevilla, donde logró la marca mínima para clasificar a los Juegos Olímpicos, así como un primer lugar en la media maratón de Ecuador y varias participaciones sobresalientes en pruebas de 10K.
Sin embargo, no todo ha sido fácil para Garibay. Coca recuerda momentos tristes y dolorosos, como cuando no pudo asistir al Mundial de Polonia en 2020 debido a falsas promesas del Viceministerio de Deportes. Desafortunadamente, tras la pandemia desaparecieron los premios económicos en las pruebas 10K, lo cual afectó a todos los atletas del país que dependían de esos recursos.
Garibay se enfrenta a desafíos adicionales debido a su situación económica. Con dos hijos y un trabajo irregular como taxista que combina con sus entrenamientos, necesita recursos tanto para mantener a su familia como para cubrir los gastos relacionados con el atletismo: suplementos alimenticios, indumentaria deportiva adecuada y costos de viaje. Hasta ahora, no ha recibido apoyo financiero por parte de las autoridades nacionales ni del Comité Olímpico Boliviano (COB), a pesar de ser el único deportista clasificado para los Juegos Olímpicos París 2024.
Afortunadamente, existen personas solidarias que brindan su apoyo a Garibay. El gobernador de Oruro, Johnny Vedia, ha sido fundamental al respaldar a los atletas orureños, facilitando sus viajes a competencias nacionales e internacionales a través del Programa de Alto Rendimiento, el cual seguirá vigente por un tiempo más. Además, hay otros individuos que, en ocasiones de forma anónima, ofrecen su pleno respaldo al joven deportista. Entre ellos se encuentran la Clínica Natividad y el doctor Eddy Plaza, quienes junto con los entrenadores están preparando un proceso especial de recuperación después de la Maratón de México para asegurar que Garibay esté en condiciones óptimas para los Juegos Panamericanos, donde será su próxima presentación.
Esta historia está llena de sacrificios y dificultades no solo para Héctor Garibay, sino también para su familia y allegados como Nemia Coca y Marcelo Peñaranda. Estos entrenadores hacen todo lo posible dentro sus posibilidades para que este talentoso atleta orureño siga compitiendo y puedan llegar los recursos que tanto necesita. Ojalá que las empresas puedan brindarle el respaldo necesario, ya que estamos hablando de una promesa de medalla en los próximos Juegos Olímpicos París 2024.