Al menos 40 personas perdieron la vida y otras 130 resultaron heridas el domingo 30 de julio en Pakistán, tras la explosión de una bomba durante un mitin organizado por un partido islámico radical, según informó la Policía.
El ataque tuvo lugar en la ciudad de Khar, ubicada en la provincia norteña de Khyber Pakhtunkhwa, y estaba dirigido contra el partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), que celebraba una reunión con miras a las elecciones que se llevarán a cabo a finales de año.
Desde la llegada al poder de los talibanes afganos en Kabul en agosto de 2021, Pakistán experimentó un aumento significativo en los niveles de violencia armada. Esto llevó a un incremento en los ataques perpetrados por grupos afines ideológicamente dentro del país, especialmente en las provincias fronterizas con Afganistán: Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán.
El principal grupo paquistaní, Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), anunció el pasado diciembre el fin del alto al fuego alcanzado con Islamabad. Acusaron al gobierno paquistaní de no cumplir con sus compromisos durante las negociaciones de paz.
Según un informe publicado a principios de julio por el Instituto de Estudios sobre Seguridad y Conflictos de Pakistán, durante la primera mitad del año se registraron 271 ataques perpetrados por militantes armados en todo el país. Estos ataques resultaron en 389 muertes y dejaron a otras 656 personas heridas.
