La Iglesia Católica, a través del arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, criticó el acto de difamar y hablar mal de las personas con el objetivo de dañar su imagen o incluso llevarlas a prisión por tener opiniones diferentes. Durante su homilía, enfatizó que aquellos que siembran discordia “pertenecen al maligno”, ilustrando sus palabras con ejemplos y exhortando a los católicos a seguir el desafío de la palabra de Dios.
El arzobispo señaló que la cizaña representa “seguir el camino equivocado, lleno de odio, venganza y rivalidad, difamando y tramando trampas para acusar a otros”, mencionando casos de personas inocentes encarceladas en el país. Destacó cuántas personas están injustamente privadas de libertad debido a motivos como venganza personal o simplemente porque no se les agrada o no comparten las mismas ideas. Afirmó que se inventan cosas para perjudicar a los demás mediante chismes destructivos.
Finalmente, resaltó la importancia de reflexionar sobre si dejarse guiar por la palabra de Dios o por la del “enemigo”. Hizo hincapié en amar al prójimo si se ama a Dios y evitar ser arrastrados por pensamientos negativos e invenciones maliciosas.
Concluyó instando a orar siempre y recordando que alejarse de Dios implica perderse y tomar un camino equivocado convirtiéndose en propagadores de discordia. Enfatizó la necesidad de dejar atrás las habladurías perjudiciales hacia los demás.
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