La rinitis alérgica, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede tener consecuencias graves a largo plazo si no se trata adecuadamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 400 millones de personas sufren de esta enfermedad alérgica, lo que representa aproximadamente el 33% de la población mundial.
Se estima que hacia el año 2050, la mitad de la población mundial podría padecer algún tipo de trastorno alérgico.
Gabriel Mendoza, médico patólogo y docente de Medicina en la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), advirtió sobre los riesgos asociados a la rinitis alérgica e hizo recomendaciones para su prevención y tratamiento.
Mendoza destacó la importancia de mantenerse en ambientes bien ventilados para evitar la acumulación de polvo y usar mascarillas cuando se esté expuesto a alérgenos como el polvo o el polen.
Además, recomendó tener antihistamínicos disponibles en caso de un episodio agudo de rinitis para prevenir complicaciones desagradables.
La rinitis alérgica es una reacción excesiva del sistema inmunológico a los alérgenos presentes en el aire inhalado, lo que provoca inflamación en las membranas mucosas nasales.
Mendoza explicó que existen dos factores principales que contribuyen al desarrollo de las alergias: uno es genético y hereditario, mientras que el otro está relacionado con factores ambientales y exposición a diferentes tipos de alérgenos.
Los principales desencadenantes son los pólenes, ácaros del polvo, hongos y epitelio de animales. Estos alérgenos pueden variar según las estaciones del año, lo que hace que las personas alérgicas sean más vulnerables en determinados momentos.
Los síntomas de la rinitis alérgica pueden manifestarse de diferentes formas, como conjuntivitis, congestión nasal, estornudos, picor y dificultad para respirar.
En cuanto al tratamiento, Mendoza mencionó la realización de pruebas cutáneas para identificar los alérgenos específicos a los que una persona es sensible. Una vez establecido el diagnóstico de alergia, se recetan antihistamínicos para bloquear las sustancias responsables de la reacción alérgica.
Es importante tener precaución con el uso prolongado e indiscriminado de corticoides, ya que pueden causar efectos secundarios graves a largo plazo. Aunque no existe una cura definitiva para las alergias, las complicaciones a largo plazo como la sinusitis o los pólipos nasales malignos pueden ser tratadas quirúrgicamente si es necesario.
En casos de fractura o desviación del tabique nasal relacionados con la rinitis alérgica, también puede ser recomendable una cirugía estética para corregir la posición del tabique y prevenir complicaciones adicionales.
La rinitis alérgica es una condición común pero potencialmente peligrosa si no se trata adecuadamente. Es fundamental buscar atención médica especializada y seguir las recomendaciones profesionales para controlar los síntomas y evitar complicaciones a largo plazo.
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