El abogado de la familia del fallecido interventor del banco Fassil, Carlos Colodro, Jorge Islas, ha afirmado que la firma de la supuesta carta póstuma no coincide con la que el interventor utilizaba en sus documentos oficiales.
Colodro trabajó durante varios años en el Banco Central de Bolivia (BCB), donde llegó a ser gerente general interino desde 2015 hasta 2018. Posteriormente se desempeñó como gerente general de operaciones de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de Bolivia (ASFI), entidad que lo designó como interventor.
Diferencias entre firmas cuestionadas
Según Islas, «en los billetes se puede apreciar la firma de Colodro, ya que él era en aquel entonces el gerente general del Banco Central y claramente no se asemeja en nada a la de la carta (póstuma) que presentó el ministro (Eduardo del Castillo)».
Resultados peritaje cuestionados
El abogado rechazó los resultados del peritaje realizado por el Instituto de Investigaciones Técnicos Científicos de la Universidad Policial (Iitcup), que establece que la letra de la carta póstuma coincide con la letra escrita por Colodro.
Islas asegura que este estudio carece de legalidad debido a su falta notificación a todos los sujetos procesales. Además, señala: «ese estudio está viciado, se ha hecho en cuatro paredes y a oscuras, y ya están dando por resuelto el caso diciendo que fue un suicidio con base en las pruebas que tienen ellos, pero es ilegal porque nosotros no hemos puesto nuestros peritos grafológicos».
Comparativa de firmas realizada
Por otra parte, el programa Que No Me Pierda realizó una comparativa de las firmas entre la carta póstuma y un documento recientemente firmado por el interventor, donde se aprecia la diferencia.
La firma del documento recientemente firmado concuerda con la del billete de Bs. 20, sin embargo, la firma de la carta póstuma no coincide con ninguna de las anteriores mencionadas.
Contenido de la supuesta carta póstuma
La presunta carta póstuma dice: «Me engañaron. Me dieron la espalda. Me mataron… Ha llegado el momento de decir BASTA a este infierno que me tocó vivir desde el 26 de abril, un mes que parecieron 100 años de sufrimiento».
