La vacuna contra la fiebre aftosa en Bolivia ya no será aplicada en el sector ganadero productivo, de tal manera se encara el último periodo de inmunización que culminará en las próximas semanas, informó el director de Servicio Nacional de Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) Javier Suárez.
Aseveró que en 2007 se dio el último brote de esta enfermedad y con estudios técnicos y científicos se puede comprobar que este virus no circula en territorio nacional. De tal manera se busca certificar que Bolivia está libre de fiebre aftosa sin vacunación.
Suarez señaló, que se inició una etapa de exterminio de enfermedad, desde 2012 cuando se declaró al altiplano libre de fiebre aftosa sin vacunación, posteriormente en 2014 se logró el estatuto del país sin vacunación, y así se ha seguido una senda progresiva.
Asimismo explicó, que en este momento no existe riesgo pues el virus no está circulando en el país. Incluso mencionó que países vecinos como Chile, Perú y en gran parte de Brasil, ya no se aplica la dosis contra esta enfermedad.
“La vacuna no es un seguro porque no estamos vacunando contra los siete tipos de virus, es solo contra dos, es más contra cuatro, especialmente nunca aplicamos vacunación (…) se demostró que no existía el virus en la región y es por eso que estamos retirando la vacunación”, refirió Suárez en una entrevista con Unitel.
Por su lado el presidente de la Federación Ganadera de Santa Cruz (Fegasacruz), Adrián Castedo, calificó de política y no de una valorización técnica, a la manifestación del director del Senasang.
Indicó, que se pone en riesgo el patrimonio sanitario y estatus de país libre de fiebre aftosa. La vacunación contra esta fiebre fue valorada a escala internacional para abrir mercados de exportación de carne bovina.
“Se vacuna desde hace 23 años y Santa Cruz es la garantía para el país. Además, desde el oriente cruceño, se exporta carne y leche, variables que están en riesgo de no revertirse esta medida” expresó Castedo.
Complementó que el sector ganadero, en caso de un brote de aftosa, puede sufrir el mismo golpe que tomaron sus pares productores avícolas de Cochabamba que sacrificaron más de 500.000 aves por un brote de influenza aviar y cuyas consecuencias las paga la población por la subida de los precios de la carne de pollo y el huevo.
Por otro lado, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), indicó que en 2005 la exportación de carne de res y derivados era de 1.000 toneladas por $us 2 millones, con la apertura de China se disparó a $us 24 millones en 2019, en plena pandemia hubo un récord por $us 70 millones y en 2022, la carne, hamburguesas y despojos comestibles sumaron $us 187 millones, monto que tranquilamente pudo ser el triple, pero hubo un cupo que limitó la exportación.
En ese contexto, llamó a los gobernantes a no poner en riesgo las exportaciones, denotando que el ser un país libre de fiebre aftosa es un patrimonio sanitario que costó mucho esfuerzo púbico, privado.
