Durante una solemne ceremonia en el Abadía de Westminster, en Inglaterra, Carlos III fue coronado como monarca del Reino Unido la mañana de este sábado. Debido a la magnitud del evento, se desplegaron más de 11 mil agentes de seguridad, en el operativo más grande en la historia de Londres.
En el momento más importante de la coronación, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, puso sobre la cabeza de Carlos III la corona de San Eduardo, del siglo XVII; posteriormente, gritó: «Dios salve al Rey» y las trompetas sonaron en el lugar.
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido, Carlos III fue coronado después recibir las otras insignias reales, que simbolizan las responsabilidades que tendrá como monarca británico hasta el día de su muerte.
Tras el acto protocolar, Carlos III y Camila, quien también fue coronada como Reina, se dirigieron al Palacio de Buckingham para realizar el tradicional saludo a los súbditos desde el balcón.
No obstante, de este momento resaltó la ausencia del hijo menor del regente, Enrique, quien hace poco fue apartado de las funciones de la realeza tras mudarse del Reino Unido.
Otro ausente fue el príncipe Andrés, hermano de Carlos III, quien también fue apartado de sus deberes reales debido a sus escándalos sexuales relacionados con el empresario Jeffrey Epstein.
En el momento del saludo, aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas Británicas sobrevolaron el área, sin embargo, la demostración fue recortada debido a las malas condiciones climatológicas.
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