Tras los terremotos de 7,8 grados registrados el pasado lunes en el Sur Turquía, cerca de la frontera con Siria, la cifra de muertes ascendió a más de 17.500, también dejó más de 60.000 heridos y a decenas de miles de personas sin sus hogares, según los últimos balances publicados por las autoridades de ambos países y la Defensa Civil Siria.
El vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, informó que hasta el momento en su país se confirmó la muerte de 14.351 personas, mientras que 63.794 resultaron heridas.
«Este terremoto es el tercero de más magnitud en los últimos 2.000 años, desde el terremoto de 1668 y el de Erzincan en 1939», manifestó Oktay durante una comparecencia ante el Parlamento.
Por su parte, el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, recalcó desde la provincia de Hatay, que el estado de emergencia anunciado el pasado martes para un periodo de tres meses en las diez provincias afectadas por los seísmos será aprobado durante la jornada por el Parlamento.
El mandatario se desplazó a las zonas afectadas e indicó que las autoridades están sobre el terreno desde los terremotos con todas las instituciones del Estado y aseguró que la aplicación del estado de emergencia permitirá intervenir contra grupos sediciosos que abusan del proceso para prácticas corruptas.
Prometió adoptar todas las medidas necesarias para ayudar a los damnificados.
«No se preocupen. Igual que nos recuperamos de los terremotos en Bingol, Malatya, Elazig y Esmirna todos ellos registrados en los últimos años e igual de rápidamente que reconstruimos casas, nos recuperaremos de esto y completaremos la reconstrucción en un periodo corto de tiempo», dijo Erdogan.
El Gobierno de Turquía creó un Centro de Gestión de Crisis en el Ministerio de Defensa para enfrentar este gran desastre, con el fin de transportar al personal y el equipo de rescate a través de un puente de ayuda aérea.
Por otra parte, en Siria estos temblores dejaron más de 3.000 personas fallecidas y 5.000 heridas, de los cuales 1.262 muertos y 2.285 heridos se registraron en las zonas de Siria controladas por las autoridades, según datos del Ministerio de Sanidad sirio.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 1.900 muertos y 2.950 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo (Noroeste), según declaró la Defensa Civil de Siria, conocida como “cascos blancos”, a través de su cuenta en Twitter.
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