La localidad de Pisiga pese a ser un lugar estratégico para la migración y el comercio exterior del país carece de alcantarillado y el agua potable a veces es insuficiente por la alta demanda, es por ello que sus autoridades gestionan ante el gobierno central proyectos de saneamiento básico.
«Hay agua potable (en Pisiga) pero por la afluencia de personas no abastece, no es suficiente, la población ha crecido, necesitamos ampliar ese servicio», señaló el alcalde de Sabaya, Sandro Flores Atora.
Según la autoridad la población de Pisiga oscila entre 1.500 a 2.000 personas, sin embargo, al ser un paso hacia Chile se registran entre tres y cuatro mil ciudadanos dependiendo la temporada.
Se trabajó en una carpeta para la construcción del sistema de alcantarillado por lo que se requerirá aproximadamente cinco millones de bolivianos para su ejecución; de la misma forma se proyectó la ampliación del sistema de agua potable que costará entre tres y cuatro millones de bolivianos.
«Creemos que como municipios fronterizos deberíamos de tener un poco más de preferencia ya que los recursos son escasos de cada municipio, pero a nivel fronterizo tenemos más necesidades», aseveró el alcalde.
Hace algunas semanas la Defensoría del Pueblo de Oruro emanó un informe lamentando una supuesta desatención al derecho del acceso al agua en Pisiga, situación que afecta a los habitantes de la localidad fronteriza, que además de contar con escasa dotación del líquido elemento a una parte de la población, la misma se constituye un riesgo a la salud debido a que no es apta para consumo humano, según los estudios realizados.
Según Flores se están creando fosas de acopio de agua para atender al centro de salud.
Mientras tanto en la capital de Sabaya se está concluyendo el proyecto de ampliación del sistema de alcantarillado que costó aproximadamente entre cinco a seis millones de bolivianos.