Al menos 35 personas defensoras de derechos, entre periodistas y activistas, están en situación de vulnerabilidad ante autoridades del Estado, organizaciones y otros, cuando ejercen su rol de defender derechos.
La conclusión fue dada por el Curso Nacional sobre Libertades Fundamentales, organizado por la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social (Unitas), actividad que se desarrolló entre este miércoles y viernes de esta semana en La Paz.
Fueron parte del evento, defensores miembros de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb) y sus departamentales, periodistas afiliados a la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, e integrantes de colectivos de defensores departamentales; además tuvo el apoyo financiero de la Unión Europea en Bolivia, reportó la red Erbol.
El presidente de la Asociación de Periodistas de Potosí, Manuel Soux, señaló que las principales vulneraciones hacia el sector periodístico provienen de autoridades que estigmatizan a los trabajadores de la prensa y a su rol de brindar información.
“Se desconoce nuestra labor de defensa e información por la sociedad. Tampoco los actores políticos analizan las consecuencias de sus actos cuando atacan a la prensa”, sostuvo.
El encuentro tuvo el propósito de capacitar a periodistas y defensores en herramientas de exigibilidad de derechos y potenciar el rol de la defensa de derechos frente a actos de agresión, acoso, persecución y otros, de acuerdo al portal Unitas.
‘’Los derechos humanos no son un concepto unívoco y simple, es un concepto poderoso. No son un tema de abogados o abogadas, no solo es de un sector de defensoras y defensores. Por su constitución, un defensor y defensora podemos serlo todos’’, realzó la responsable de formación de Unitas, Claudia Terán.
Trabajo comprometido de defensores
En tanto, la defensora de derechos de la población Lgtbiq+, Sarah Albarracín, indicó que la convicción por la defensa de los derechos es lo que motiva a continuar firmes en su rol.
“He aprendido a saber cuándo hablar y cuándo no, porque sé que me van a atacar”, relató, respecto a la repercusión social que genera defender una causa y según su criterio, más aún cuando se trata de una persona de su comunidad.
Por su parte, el representante de la Apdhb de Villazón, Potosí, Isaac Romero, sostuvo que el trabajo de un defensor de derechos lo obliga a comprometerse a “tal grado que” incluso la familia de una persona se ve comprometida por ese rol.
“Tuve que separarme de mi familia en 2003, cuando fungía como presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Villazón. Hicimos tres denuncias contra el entonces alcalde, un coronel de policía y una gendarmería, días después me hicieron una cacería, había motocicletas policiales en mi casa, me perseguían, se deshizo mi familia, llevé a una parte de mi familia a Potosí, a Santa Cruz y otra a Buenos Aires”, comentó.
Precariedad en el trabajo de defensores
Además resaltaron la vulnerabilidad en la que se encuentran los defensores de derechos mencionando la precariedad de las condiciones en las que deben trabajar.
La vicepresidente de la Apdhb de Trinidad, Noelia Rea, afirmó que su organización no tiene una oficina propia, materiales u otros para desarrollar su labor.
“Tenemos una pequeña oficina que pertenece a la Iglesia, pero no contamos con material de escritorio, incluso con agua o un sanitario que es lo mínimo que se requiere para trabajar. Necesitamos ayuda en ese sentido”, subrayó.
Subrayó que pese a las circunstancias, continúa su compromiso por defender los derechos humanos.
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