Durante la presentación del presupuesto para el año fiscal 2022 y 2023, el ministro de Finanzas de Pakistán, Miftah Ismail, declaró este sábado que su Gobierno aumentará los impuestos a los ricos y prohibiría a los funcionarios gubernamentales comprar vehículos nuevos.
El documento oficial apunta a un crecimiento económico del cinco por ciento en medio de la presión para controlar el déficit fiscal y asegurar el dinero del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Asimismo, el titular de Finanzas fijó el objetivo de gasto total en 9.500 millones de rupias paquistaníes, y anunció que se espera reducir la inflación hasta el 11,5 % durante el próximo año fiscal.
«La austeridad en los gastos gubernamentales es parte integrante de este presupuesto. Vamos a tomar medidas concretas en este sentido», manifestó el Ministro.
Además, anunció la reducción en un cuarenta por ciento de los costosos de subsidios a los combustibles para los empleados del Gobierno y del Gabinete.
“De esta forma puede haber un impuesto especial sobre las ganancias de mayores ingresos, para redirigir la riqueza hacia las personas pobres», señaló.
En este sentido, planteó la posibilidad de imponer impuestos sobre los ingresos y artículos utilizados principalmente por los más adinerados.
Entre tanto, la autoridad culpó al Gobierno anterior de la suspensión del programa del FMI, que debería haber terminado este año, porque no se pusieron en marcha las reformas básicas previstas para 2019.
También, informó que se ha puesto en marcha «un plan integral» para frenar la evasión de impuestos, lo que ayudaría a aumentar los ingresos a 7 mil millones de rupias paquistaníes en el nuevo año fiscal
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