A través de una carta enviada al periodista español, Alejandro Entrambasaguas, el exministro de Gobierno, Arturo Murillo ofreció ser extraditado a Bolivia; sin embargo, puso dos condiciones: que Jeanine Añez tenga arresto domiciliario y que el coronel Maximiliano Dávila sea entregado al Gobierno de Estados Unidos.
Después de más de un año de silencio, finalmente, el exministro “rompió” la quietud. Preso en el país del Norte, le envió una carta, que fue recientemente publicada, al mencionado periodista en la cual deja en manifiesto una propuesta directa al Gobierno presidido por Luis Arce.
El exministro permanece aprehendido en Miami, Estados Unidos, mientras espera su juicio por el delito de lavado de dinero proveniente de la corrupción. Se lo acusa de haber recibido sobornos de la empresa Bravo Tactical Solutions a cambio de direccionar la contratación de gases lacrimógenos.
“(…) quiero hacer llegar al Gobierno de Bolivia una propuesta firme y contundente: acepto una extradición al país si el Presidente Luis Arce concede arresto domiciliario a la ex presidente Añez y, al mismo tiempo, envía una carta al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que remita la entrega del coronel Maximiliano Dávila, investigado por el Departamento de Estado de EE.UU. por narcotráfico en un intercambio de prisioneros”, señala la carta.
Asimismo, en el documento, Murillo manifestó que lo mínimo que ahora puede hacer es poner su vida a disposición de la expresidente Añez. Además aseveró que, en su momento, indicó a Añez que saliera del país, pero ella prefirió hacer caso a otra gente, según reporte del medio español, Okdirario.
“Pero, ahora que veo que la están destrozando en un falso juicio, estoy dispuesto a sacrificarme por ella. Todo a cambio de que gane la ex presidente Añez y de que gane Bolivia”, añadió la exautoridad.
El extitular de Gobierno consideró que Añez está sometida a un juicio ilegal e inconstitucional, al que calificó como una farsa.
En el contexto del juicio contra Añez, Murillo reprochó que ex colegas senadores y jefes de partidos políticos, así como la Iglesia y la comunidad internacional, que fueron parte de las negociaciones del proceso de transición constitucional, así como integrantes del partido de Gobierno, como Adriana Salvatierra y Susana Rivero entre otras personas, “no están dando la cara”.
De esa manera manifestó que Añez “tuvo la valentía de asumir el rol que la historia le dio” y que “se salvaron miles de vidas en Bolivia”.
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