Peter Kalmus formaba parte de un grupo de científicos que fueron detenidos después de que se encadenaron a un edificio de JPMorgan Chase en Los Ángeles, mientras protestaban por la financiación de los combustibles fósiles por parte del banco.
Un video mostraba al científico llorando y suplicando a la gente que escuchara las advertencias urgentes sobre el clima. “Vamos a perderlo todo”, expresó; y aseguró que no estaban mintiendo, bromeando o exagerando.
Después de superar su arresto por las protestas, Kalmus siguió en su lucha por la preservación del planeta; utilizando la analogía de un hogar que está en llamas, trató de hacer notar la importancia de tomar el cambio climático en serio.
“Si mencionas casualmente que la casa se está incendiando antes de volver a tomar el café, pensarán que estás bromeando, no te tomarán en serio”, declaró en una entrevista con “The Independent”.
El científico de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) explicó que lo mismo pasa con la crisis ambiental del planeta, cuando hablan de esta problemática solo por un momento, pero no se hace nada al respecto.
“Los líderes deben dejar de decir que escuchan a los científicos, y realmente empezar a hacerlo” manifestó.
La producción de petróleo, carbón y gas natural son la principal preocupación de Kalmus; afirmó que cada día que sigamos expandiendo la industria de los combustibles fósiles y añadiendo más gases de efecto invernadero a la atmósfera, vamos a fijar niveles adicionales de calentamiento en el futuro.
La protesta en Los Ángeles formó parte de una “oleada” de acciones organizadas por “Scientist Rebellion”, un movimiento global de científicos que practican la desobediencia civil para generar conciencia sobre la importancia de discutir la crisis climática.
Las manifestaciones se suscitaron a raíz del reciente reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, el cual advirtió que el mundo está firmemente encaminado en convertirse en un lugar inhabitable si las emisiones globales de gases de efecto invernadero no alcanzan su punto máximo en 2025, a más tardar.
Distintas partes del mundo fueron testigos de manifestaciones; los manifestantes en Madrid arrojaron pintura roja sobre el Congreso de los Diputados, los científicos también protestaron en el Ministerio de Medio Ambiente de Quito y en el Ministerio del Clima de Copenhague. Más de mil activistas de la Rebelión Científica en 25 países participaron en acciones no violentas.
El Dr. Kalmus afirmó que aún no tiene planes concretos para futuras protestas; sin embargo, participar en la desobediencia civil climática lo hizo sentir esperanzado.
“Siento que, por fin, se me empieza a escuchar, probablemente por primera vez”, afirmó.
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