Se pidió este martes a los gobiernos de Rusia y Ucrania una «pausa humanitaria» de cuatro días con motivo de la celebración de la Pascua ortodoxa, que se extiende desde el jueves al domingo de esta semana, según informó el secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el portugués António Guterres.
Dicha tregua permitiría el paso seguro de los civiles que huyen de la guerra en el Este y la entrega de ayuda a las zonas más afectadas por la invasión rusa.
«En lugar de una celebración de la nueva vida, esta Semana Santa coincide con una ofensiva rusa en el Este de Ucrania… La Pascua es una temporada de renovación, resurrección y esperanza… Pero este año, la Semana Santa se celebra bajo la nube de una guerra. Cientos de miles de vidas penden de un hilo», subrayó el Jefe de la ONU.
El acuerdo sería coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
El Secretario General añadió, durante declaraciones efectuadas en la sede de la ONU, con la famosa escultura de la pistola anudada tras él, que la «pausa humanitaria» es comunicada en sus detalles a las partes, pero no mencionó si ya recibió respuesta de los respectivos Gobiernos, según el portal DW.
Dijo también que 12 millones de ucranianos requieren asistencia, y que esa cifra aumentará pronto hasta rozar los 16 millones.
El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, comunicó esta propuesta al Consejo de Iglesias de Ucrania, en el cual se sientan católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos, y recibió su apoyo, pero no hizo ninguna mención a sus contactos con Rusia.
El lunes precedente, Griffiths había dicho que era pesimista sobre la posibilidad de un alto al fuego, pues las dos partes ni siquiera se sientan a conversar, y puso sus esperanzas en los esfuerzos de mediación que lleva a cabo el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Rusia realizó durante la noche del lunes decenas de ataques aéreos al Este de Ucrania, también sobre zonas civiles, con lo cual inició una nueva fase del sangriento conflicto con combates en la región de Donbás.
Guterres sostuvo que «la concentración intensa de fuerzas y fuego hace esta batalla inevitablemente más violenta, sangrienta y destructiva».
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