- La violencia sexual, los embarazos en niñas y adolescentes, la maternidad temprana y forzada, los matrimonios y uniones forzadas, y la violencia digital ponen en riesgo el futuro sostenible de las nuevas generaciones.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Bolivia alertó sobre al menos cinco amenazas contra la vida, la salud y el desarrollo de las niñas y adolescentes bolivianas: La violencia sexual, los embarazos en niñas y adolescentes, la maternidad temprana y forzada, los matrimonios y uniones forzadas, y la violencia digital.
Unfpa considera que es urgente que las sociedades avancen en la igualdad de género en la actualidad para garantizar un futuro sostenible, que los estados reconozcan la importancia de la participación y aporte de las mujeres, de todas las edades, más aún en situaciones de crisis como la pandemia por la Covid–19; o la adaptación, mitigación y respuesta ante el cambio climático.
Sin embargo, es impensable avanzar hacia la igualdad de género si se pone en riesgo la vida, la salud y el bienestar de las niñas y adolescentes, de las mujeres más jóvenes en el país. Por ello, el Fondo de Población de las Naciones Unidas hace un llamado para no escatimar esfuerzos en la eliminación de estas cinco amenazas que fueron identificadas como las de mayor riesgo.
Las cinco amenazas
La violencia sexual contra niñas y adolescentes es una de las violaciones de derechos humanos más recurrente. En 2021, la Fiscalía registró 2.007 casos de violación de infante, niño, niña o adolescente; es decir, 167 por mes, cinco por día. La pandemia por Covid-19 ha demostrado que las niñas y adolescentes corren riesgo en sus propios hogares, porque los perpetradores son familiares o personas cercanas al entorno familiar.
Otro dato escabroso. En la gestión 2021 se registraron en el país más de 38 mil embarazos en niñas y adolescentes, lo que equivale a un promedio de 105 por día. En menores de 15, hubo 2.329 gestaciones, un promedio de 6 por día, la mayoría de estos casos fue por violencia sexual. Un embarazo a tan temprana edad pone en riesgo la vida y la salud de la niña, con consecuencias que afectan su desarrollo a lo largo de su vida.
Ninguna niña debería ser madre. Se debe garantizar el derecho de las pequeñas y adolescentes a un desarrollo pleno, con información y sistemas de protección eficaces, con servicios municipales que cuenten con el personal y los recursos necesarios para la atención con oportunidad, calidad y calidez; incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva.
Ninguna niña debería ser esposa. Investigaciones realizadas por UNFPA dan cuenta que muchas menores ven interrumpida su infancia por una unión forzada, generalmente con una pareja adulta; en lugar de estudiar, construir proyectos de vida, soñar en un futuro mejor para ellas. No hay nada más dramático para un país que niñas y adolescentes no tengan la posibilidad de desarrollar todo su potencial.
La violencia ejercida contra niñas y adolescentes en Internet es invisible, pero real, porque son acosadas sistemáticamente en las redes sociales y otras plataformas, son atrapadas en redes de trata y tráfico para delitos relacionados con la pornografía o la difusión no consentida de fotos y videos, cuyas consecuencias son devastadoras para ellas. En Bolivia no hay leyes que sancionen de manera específica este tipo de violencia y no hay estadísticas oficiales que la registren.
Recomendaciones necesarias
UNFPA hace un llamado a la sociedad y al Estado para desnaturalizar estas formas de violencia y prácticas nocivas contra niñas y adolescentes, involucrando en los procesos de prevención a los hombres, impulsando la construcción de nuevas masculinidades positivas, no machistas, no violentas.
La educación integral de la sexualidad, dentro y fuera de la escuela, es una de las herramientas más eficaces para la prevención. Una formación en valores de convivencia, de respeto, de autocuidado, por ejemplo, son fundamentales en la casa, en el colegio, en el ámbito público y privado.
El acceso a una justicia real y pronta es otro de los aspectos urgentes que el país demanda. Pero, es importante que esa reforma considere una perspectiva de género para que los casos de violencia hacia niñas, adolescentes y mujeres sean sancionados adecuadamente; sin revictimización, ni prejuicios o estereotipos de género en la valoración de los casos.
En este tiempo en que los gobiernos municipales han visto reducidos sus presupuestos, se debe garantizar que los servicios de protección, como las defensorías de la niñez y adolescencia, funcionen con personal adecuado y suficiente.