El resultado de una protesta frente al Palacio Presidencial de Chile, en Santiago, ocurrido el lunes precedente, fue de cuatro apicultores arrestados, según informaron funcionarios locales. Asimismo, al menos siete policías sufrieron picaduras de abejas durante las manifestaciones, según las autoridades.
La producción de miel fue “golpeada” por una sequía prolongada en Chile, que marchitó las fuentes de alimento de las abejas, como flores y cultivos. Si bien la sequía no representa algo inusual en Chile, la actual, de gran magnitud, persiste desde 2010. Además, el cambio climático es, al menos en parte, el culpable, declararon los científicos.
Apicultores del vecino país pidieron una reforma gubernamental para mejorar los precios de la miel u otorgar subsidios a los productores de este producto. En ese sentido, pidieron reunirse con el Presidente Sebastián Piñera.
Los apicultores ubicaron aproximadamente 60 colmenas, que contenían al menos diez mil abejas en la avenida frente al Palacio, según reporte de la cadena CNN.
«Las abejas están muriendo», exclamó un apicultor durante la protesta en Chile.
Uno de los apicultores, José Iturra declaró a los reporteros locales que la sequía en la comuna de Colina, al Norte de Santiago, está matando a la población local de abejas.
Asimismo, un representante del Ministerio de Agricultura en la región de Santiago señaló que a la agencia también le preocupa el efecto de la sequía en las abejas.
El Gobierno proporcionó ayuda durante meses a 20 comunidades que experimentan una grave escasez de agua, señaló a la prensa el secretario regional de agricultura, Omar Guzmán.
Fueron siete agentes de la Policía Nacional, llamados Carabineros, quienes sufrieron picaduras al intentar arrestar a los apicultores y sacar las colmenas de la calle. A los afectados los trasladaron al hospital.
Finalmente, las sequías y el aumento de las temperaturas debido al cambio climático afectaron a las poblaciones de abejas en todo el mundo. Un estudio de 2020, que publicó la revista Science, encontró que las poblaciones cayeron al menos el 50 por ciento en América del Norte y el 17 por ciento en Europa en una generación.
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