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Homenaje al primer piloto boliviano Juan Mendoza y Nernuldes en el centenario de su primer vuelo

Juan Mendoza fue muy querido por su gente / LA PATRIA
Juan Mendoza y Nernuldes nació en Obrajes (población cercana a Oruro) el 16 de noviembre de 1893, sus padres fueron don Ángel Mendoza y doña María y Nernuldes, fue el menor de dos hermanos.

Juan Mendoza y Nernuldes nació en Obrajes (población cercana a Oruro) el 16 de noviembre de 1893, sus padres fueron don Ángel Mendoza y doña María y Nernuldes, fue el menor de dos hermanos.

Cursó sus estudios en el colegio Simón Bolívar y diariamente para ir de su casa (barrio San José) al colegio recorría varios kilómetros, desde los primeros cursos fue alumno destacado, hacía preguntas sin temor, participaba en actividades deportivas, era el declamador del curso, como diríamos… el hablador; a la edad de 9 años quedó huérfano, y la empresa donde trabajaba don Ángel, su padre, les obsequio la casita donde vivían.

ASPIRACIONES

Juan a los ocho años, después de ver el espectáculo de un globo aerostático en Oruro se prometió vencer la gravedad; él siempre se caracterizó por buscar desafíos ambiciosos y superar obstáculos, uno de ellos, fue su proeza de participar en un raid de ciclismo Oruro-La Paz el año 1910, llegó en primer lugar obteniendo su primera medalla de oro.

El dueño de un almacén donde trabajaba importó un automóvil y debido a la altura no funcionaba, Juan que tenía mucha afición por la mecánica logró que funcione. A partir de entonces se agudizó aún más el anhelo de ser piloto; fue así que recurrió en pos de ayuda ante el Comité pro Escuela Militar de Aviación, estos, conocedores de su capacidad e irresistible afición por el pilotaje, le ofrecieron incondicional apoyo, es así como viajó rumbo a Buenos Aires- Argentina en febrero de 1916, muy consciente de la responsabilidad adquirida.

En marzo, un mes después de su llegada, ingresó a la escuela de aviación civil en Villa Lugano, superó rigurosos vuelos de prueba en la escuela, primero en globos aerostáticos, luego los vuelos con instructor y finalmente los vuelos solitarios; culminó sus estudios apenas en medio año de entrenamiento y prácticas. La Federación Aeronáutica Internacional le otorgó el Brevet de Piloto Internacional No 103.

Desde Buenos Aires le llegó una oferta de trabajo como instructor en la escuela de aviación, pero como condición tendría que adoptar la nacionalidad argentina, Mendoza rechazó rotundamente y preferido retornar a su patria por civismo y gratitud.

SU HAZAÑA

En 1918 contrajo nupcias con la señorita Mercedes Rodo descendiente de una familia Chuquisaqueña, de esa unión nacieron dos hijas, Sofía y Magda. Este matrimonio duró corto tiempo, pues Mercedes, la esposa de Juan falleció con un infarto a los 24 años.

El audaz piloto solicitó al gobierno Nacional presidido por Ismael Montes la compra de un avión, para marcar el despegue de la aviación boliviana, el líder liberal tuvo motivos políticos para negar tal petición y nuevamente fue su natal Oruro que auxilió a Mendoza en su cometido y fue el empresario Alfredo Etienne a la cabeza de otros similares quienes aportaron a medias con Mendoza para la compra de la costosa nave aérea; fueron a comprar a Buenos Aires Argentina el poderoso aparato Fiat R-2 de 380 caballos de fuerza.

El Fiat italiano se trasladó desarmado desde los hangares argentinos y después de varios obstáculos llegó a Uyuni, fue en esa población donde Juan Mendoza ensambló el avión y lo bautizó con el nombre de “Cobija”.

El 10 de noviembre, el Cobija surco los cielos Nacionales, la aeronave realizó el prolongado recorrido Uyuni – Chivas – Pelechuco– Huanchaca – Uyuni. Luego de unos días de permanencia en Uyuni, el avión nuevamente fue desarmado y transportado en ferrocarril hasta Poopó, donde se elevó por los aires el avión, el vuelo duró 15 minutos y aterrizó en una gran planicie llamada Papel Pampa, fue el 19 de noviembre de 1921.

TRABAS POLÍTICAS

Como en todo tiempo hubo personas inescrupulosas, Bautista Saavedra, quiso aprovechar la popularidad de Juan Mendoza para formar la lista parlamentaria en calidad de diputado por Oruro, Mendoza rechazó rotundamente por no inmiscuirse en la política. La venganza oficialista no se hizo esperar y envió a sus funcionarios a secuestrarle el avión “por no pagar impuestos” y desde entonces jamás se supo dónde está la histórica nave aérea.

Decepcionado hizo un alto en la aviación por que el gobierno le bloqueaba todos sus proyectos; se vino a Oruro. Por segunda vez el año 1928 contrajo matrimonio con la señorita Rosaura Ramírez que cariñosamente la llamaban Toty, tuvieron un hijo llamado Juan, igual que su padre.

LA GUERRA

Transcurrieron los años y se aproximaba la guerra del Chaco, Juan Mendoza decidido encajonó todas sus herramientas y acudió al llamado de la Patria. Marchó en el primer contingente rumbo a la guerra, fue el responsable de la organización de la maestranza y el departamento de transportes, por su innegable responsabilidad y los beneficios que brindó, se dijo que lo único que no ha fracasado en la guerra era el aspecto referido a la maestranza.

Una experiencia increíble del intrépido piloto Mendoza fue el año 1973 cuando viajaba de Cochabamba a La Paz en el avión del capitán Canedo y fue reconocido por éste, quien le invitó a tomar el mando del avión; el hecho quedó registrado en el libro de los Honorables, en el salón VIP del aeropuerto.

Juan Mendoza a cambio de los mil y un bloqueos que recibió de los gobiernos, donó su casa familiar ubicada en las calles Soria Galvarro esquina Sucre con el objetivo claro y altruista de verlo convertido en escuela.

El legado de un Patricio orureño / LA PATRIA

VUELO A LA ETERNIDAD

El pionero e infatigable impulsor de la aviación nacional Tcnl. Res. Juan Mendoza y Nernuldes, falleció en la ciudad de Cochabamba el 28 de agosto 1976 a los 83 años; sus restos mortales fueron trasladados a Oruro en una aeronave exclusiva dispuesta por la Fuerza Aérea Boliviana, posteriormente fue llevado a la Prefectura para su velatorio; hoy sus restos mortales descansan en el pabellón de notables del Cementerio General de Oruro.

HOMENAJES Y PREMIOS

“Medalla de oro” en el raid de ciclismo Oruro – La Paz (1910); en mérito a su epopeya el Concejo Municipal promulgó una ordenanza municipal, denominando al aeropuerto de Oruro “JUAN MENDOZA Y NERNULDES”, como inalterable testimonio de su aporte a la aviación boliviana (1945).

La Fuerza Aérea Boliviana (FAB) le otorgó la condecoración “Piloto Honoris Causa” (1951). La FAB le confirió el “Brevet de Comandante Piloto” (1961); recibió la medalla al “Mérito Aeronáutico” (1965); al conmemorar los 50 años de su vuelo, la Prefectura de Cochabamba le rindió un solemne homenaje por su gran hazaña (1971).

La Mesa Redonda Panamericana de Oruro inauguró en su honor un singular monumento “AEROVABE T-33 MARK III” cedida por la Fuerza Aérea Boliviana (1982).

Juan Mendoza coronó su proyecto y dejó inscrita una de las páginas de mayor gloria para la aviación boliviana y para su Oruro natal, además un ejemplo de heroísmo, constancia y patriotismo, a pesar de su característica humildad.

Recopilación: Amanda Balderas de Soria, extractos y datos aportados por Lupe Cajías y Miguel Salas.

Primer aviador de Bolivia, Juan Mendoza / LA PATRIA

Una precoz pasión por la aviación

La primera vez que la prensa orureña recupera el nombre de Juan Mendoza, es en una pequeña crónica periodística del año 1915, cuando se recomienda a este como futuro aviador orureño, gracias a sus conocimientos de mecánica, además de ciclista.

Creo que más pudo la insistencia y el afecto ganado por este personaje para que posteriormente accediera a la beca de aviación, en una escuela argentina:

“De nuestra parte indicamos el nombre del señor don Juan Mendoza, experto sportman ciclista y mecánico hábil que desea estudiar la aviación en forma práctica pues, tiene mucho estudio teórico desde hace tres años con referencia a la aviación. Pedimos que el Comité tenga en cuenta el nombre de este joven hábil para que lo envíe a la escuela de aeronavegación de Buenos Aires, sería un piloto de primera clase, pues, es todo un mecánico de admirables condiciones.”

Habiendo iniciado Oruro, una de las primeras instituciones aéreas del país, cuál era el «Comité Pro-Escuela Militar de Aviación» a establecerse en nuestra ciudad el año 1915, además de conformar el primer Estatuto Aéreo del país el 19 de Abril de aquel año. Se establecía en su organización la implementación del estímulo a la aviación civil, por lo que este Comité, con fondos propios, producto de colectas populares mando al joven Juan Mendoza, a estudiar a Argentina, de aquel antecedente tenemos lo siguiente:

“Ya que esta noche se reúne el Comité Pro-Escuela Militar de Aviación, juzgamos oportuno indicar que esta sociedad resuelva definitivamente sobre el apoyo que se prestará al señor Mendoza, cuyas aspiraciones para ser aviador son intensas, teniendo como ventajosa condición, sus profundos conocimientos sobre mecánica. No conviene de ninguna manera, matar una noble aspiración en un compatriota nuestro, al que espera para resolverse el camino que deberá seguir, la resolución del indicado Comité, se destina el 10 por ciento de los fondos percibidos, para fomentar la aviación civil. Ahora, el mejor modo de fomentar esa aviación, seria enviando a estudiar a alguna escuela extranjera, al joven que reúna las mejores condiciones y aptitudes para salir bien en su cometido. La prensa ya lo ha dicho: el que por hoy, reúne esas condiciones es el señor Juan Mendoza y Nernuldes.”

Juan Mendoza y Nernuldes / LA PATRIA

El éxito del joven orureño en Buenos Aires

Tras haber practicado en la «Escuela de Aviación de Villa Lugano» de la República Argentina, logró obtener después de un esmerado estudio y práctica el título de «Diseño de Máquinas e Ingeniería Mecánica» además del brevet de «Piloto Aviador Intencional» el 9 de julio de 1916, identificado en el respectivo documento con el número 103

Luego de muchas horas de vuelo y de práctica en cielos argentinos, aventajando con el conocimiento y ya entonces con la existencia de máquinas más desarrolladas y con motores de superior potencia fijó su corazón a su nuevo destino; Oruro.

Mucho antes de los históricos vuelos realizados en Bolivia, Juan Mendoza claro está, realizó sus vuelos de prueba y de examen en Villa Lugano-Argentina, donde también realizó vuelos de mucha importancia, filmando incluso una película en blanco y negro, hazaña que fue difundiéndose en las principales ciudades bolivianas:

“Oruro. 29. – U.P. – Como se anunció, en la noche de ayer, se exhibieron en el Teatro Municipal las películas de los vuelos realizados en Buenos Aires por el aviador Mendoza. El éxito ha sido sorprendente, pues asistió numerosa concurrencia. Mañana probablemente se volverán a exhibir en el Teatro Edén. En la próxima semana las películas serán llevadas a La Paz.”

Aquellas películas, motivaron en el público las ansias de ver pronto en los aires nacionales al aviador orureño, que tanto éxito había obtenido en sus vuelos sobre la gran ciudad de Buenos Aires. La exhibición de aquella película, llamó la atención del concurrido público de los cines y teatros de la ciudad de La Paz, el que extasiado por la apreciación práctica del piloto «prorrumpió en aclamaciones, vítores y aplausos al aviador Mendoza»

Él más que nadie conocía de las particularidades atmosféricas y climatológicas propias del altiplano, además del amplio conocimiento académico adquirido en las aulas de la escuela Argentina y de las muchas horas de práctica de vuelo, antes que los sentimientos de emoción que habían sido el fracaso años antes del chileno Figueroa.

Al llegar el Fiat R.2, adquirido por Juan Mendoza y Alfedo Etienne, fue ensamblado en Uyuni / LA PATRIA

Condiciones técnicas del avión «Cobija»

Existe una hermosa referencia de lo ocurrido en la población de Poopó, aquella memoria escrita corresponde al párroco de aquella población, Juan L. Rojas. Quien relata los sucesos originales que ocurrieron a la llegada de Juan Mendoza, como durante su estadía y su vuelo triunfal hacia la ciudad de Oruro, esta inédita y hasta hoy no difundida relación histórica, dice: “…en aquellos años nos encontrábamos a la cabeza del pueblo de Poopó desempeñando el cargo de cura Párroco del lugar, y cuando un día menos pensado, de golpe y porrazo se nos dejó caer en la localidad, Mendoza con su aparato transportando en carros planos del ferrocarril. Entonces el municipio lo declaró «Huésped de Honor»; se hizo acuñar una enorme medalla de oro (10 £ fundidas); se le ayudó a descargar el avión, porque el aparato ‘héroe’ había venido en dos carros; con las alas separadas del tronco, juntamente con toda su complicación mecánica. En un momento de [ilegible] cuando el aviador nos enseñaba una y otra cualidad del monoplano Fiat, llegó a descapar, mejor dicho, a levantar las compuertas del motor y ¡Sorpresa de nuestros lectores! Vimos caer de todo el armazón, pedazos de estaño, soldaduras, cañerías delgadas de cobre, trozos de alambre, y aún algunas tirillas de cuero de toro, con más una lata de agua que había acostumbrado llevar para refrigerar el motor. Sin desanimar al ‘valiente’ piloto dijimos entre dientes: ¿Con todo este conjunto de averías levantará vuelo este temerario aviador? Después de dos días de arreglar el avión, la mañana del 21 de noviembre, todos los habitantes de Poopó, con sendas calderas de ponche y ligeros copetines de whisky; los despedimos a Mendoza a las 6 en punto, rumbo a Oruro…”

Captura del cortometraje grabado por Juan Mendoza / LA PATRIA

Memorias del histórico vuelo

En la memoria titulada «Oruro, Tierra de Paradojas» la Dra. Graciela Gallardo de Vildoso describe la admirable y señera narración, que sirve como testimonio escrito de lo que sucedió en aquel grandioso día, en el que el primer aviador sobrevoló el maravilloso espacio celeste de nuestra patria, y fue precisamente el límpido cielo orureño que acogió aquel gran acontecimiento. Por su importancia se transcribe ampliamente aquella antigua narración:

“…en este día de evocación no podemos omitir es que también el límpido cielo del altiplano y las cumbres de nuestras cordilleras, ante el asombro e incredulidad de sus moradores, vieron surcar por las nubes el primer avión boliviano, piloteado por un orureño, don Juan Mendoza. Ante el sólo anuncio de que el aviador Mendoza acompañado de su mecánico Mardesich, que popularmente era conocido por el «chaja» o gordo Mardesich, debía llegar a Oruro piloteando un avión, la población desbordante de delirio y felicidad desde las 5 de la mañana de un día del año 1912, se dio cita en las alturas de la colina de Conchupata para no perder el espectáculo de la sobrenatural hazaña que un mortal realizaría. Las autoridades ese día habían declarado feriado, como no podía ser de otra manera, si el pueblo iba a presenciar el acontecimiento más grande del siglo. La espera fue muy larga, la impaciencia se pintaba en todos los rostros, unos esperaban en el Altillo y otros en Conchupata, y más o menos a las 11 de la mañana vieron aparecer la máquina que dio pequeña vuelta y el aviador aterrizó en Papel Pampa.

Realmente al correr de los años, con los adelantos de la técnica moderna y las seguridades y precauciones que tiene que tomar los pilotos para enseñorearse en los aires, comprendemos que Juan Mendoza fue un héroe, el quijote de un ideal, un pionero de la aviación civil boliviana y aún más, si tomamos en cuenta el viejo y destartalado avión, que fue seguramente lo único que pudo conseguir entonces con escasos recursos económicos, con el que, sin embrago ascendió a 4.000 metros para llegar a nuestra meseta, considerada entonces imposible para la aviación.

Gran parte de la muchedumbre de orureños se lanzó en busca del héroe a quien colmaron de mixturas y de flores y le llenaron el pecho de medallas, nunca tan bien ganadas. No había distancias en ese momento y no se sentía cansancio; en hombros le hicieron recorrer las principales calles de la ciudad. Oruro deliraba. Oruro había escrito una página brillante de su historia ya que uno de sus hijos había entregado un galardón de honor y de gloria.”

Cuando el pueblo siente admiración o repudio, por sus hombres o instituciones, «esa alma grande» de que nos hablan Gabriel Tarde y Sigmund Freud, reacciona positiva o negativamente, y esto sucedió en Oruro. Todos hablaban de Juan Mendoza y de su hazaña; el cariño y la admiración fueron traducidos a través de versos y de cantos; se puso muy de moda una cueca dedicada a él y cuyos versos trasuntan el orgullo de un pueblo y la admiración de un hombre; ellos dicen así:

“Juan Mendoza ha volado

En un cielo hermoso y puro

Y la gloria le ha tocado

Al viril pueblo de Oruro.”

Brevet de aviador de Juan Mendoza, otorgado por la Escuela de Aviación de Villa Lugano / LA PATRIA

El retorno del piloto, vuelos en Uyuni

Para describir en su pura exactitud histórica, los hechos ocurridos durante los vuelos del orureño Juan Mendoza, es preciso remitirse a los periódicos de aquellos días, que arrojan preciosos datos que aportarán mayores datos biográficos del piloto, así como de otros importantes personajes, hasta ahora olvidados, como lo es Alfredo Ettiene que junto con Juan Mendoza compraron un avión en sociedad que fue transportado desde Argentina, para ser armado en Uyuni, para después de muchas peripecias alcanzar a despegar, realizando el primer Raid el 10 de noviembre de 1921:

“El aviador Mendoza efectúa un vuelo en Uyuni.- Ayer se recibió la grata nueva de que el aviador nacional don Juan Mendoza, realizó un interesante vuelo en Uyuni, rindiendo de esta manera cumplido homenaje a Potosí, en el aniversario del 10 de Noviembre de 1810. El vuelo lo efectuó en el Aeroplano marca «Fiat», adquirido en Buenos Aires por el señor Alfredo Ettiene. Nuestro corresponsal informa que Mendoza, se elevó a las 7 de la mañana, habiendo hecho magnificas evoluciones en presencia de un público numeroso que entusiasmado contemplaba a la nave aérea surcar los aires del querido terruño. Agrega que cuando el aviador hubo descendido sin el menor contratiempo, la muchedumbre llena de júbilo prorrumpió en atronadora aclamaciones al señor Mendoza, quién fue efusivamente felicitado por las autoridades y por todo el pueblo. El raid del aviador Mendoza abarcó una extensión considerable hasta Chivas, por el Sud y hasta Pelechuco y cercanías de los minerales de Huanchaca, por el Norte elevándose a una altura no menor de 700 metros sobre Uyuni que está a 3660 metros sobre el nivel del mar. Muy pronto efectuará el raid Uyuni – Oruro, para después realizar un vuelo entre Oruro y La Paz.”

El segundo raid en Uyuni realizado el 15 de noviembre, fue también muy comentada a nivel nacional, ante el delirante entusiasmo del pueblo de Uyuni, alcanzando un nuevo triunfo para la aviación nacional. Del que rescatamos:

“A las 6 y 25 de la mañana se elevó el aviador Mendoza conduciendo como pasajero al señor Ángel Mardesich, el avión evolucionó sobre la ciudad durante veinte minutos haciendo arriesgadas maniobras. Todo el pueblo, en seguida que terminó el aterrizaje condujo en hombros al aviador, habiendo recorrido de esa manera las calles de la ciudad…”

Nuestro héroe en toda su vida dedicada a la aviación, había logrado trasmontarse a los cielos, al dominar el arte de volar en aviones de la «Escuela Lugano», méritos por los que obtuvo su respectivo brevet. Retornó a Bolivia, mostrando su respectiva credencial de piloto al Gobierno Nacional para volar en aviones del estado, lo que le fue negado, incoherencias de la vida, por lo que a puro patriotismo y a costa de grandes sacrificios adquirió el avión Fiat, junto con el empresario Ettienne:

“Al aviador Mendoza lo hemos visto esforzarse en el aprendizaje a costa de muchos sacrificios. Enviado especialmente a Buenos Aires para estudiar la aviación, correspondió a la confianza depositada en él por el pueblo de Oruro y llegado a nuestra república quiso comprobar sus conocimientos. No le ha sido posible vencer las dificultades mil que le opusieron los elementos del gobierno, negándole permiso para volar en los aparatos adquiridos por la nación. Por fin, después de mucho trajín y venciendo toda clase de desilusiones encontró nuestro aviador un empresario entusiasta que arriesgara su capital… el señor Alfredo Ettienne ha hecho cargo de esta arriesgada como problemática empresa.”

El primer vuelo de Mendoza, por lo visto, se realizó en homenaje a los fastos cívicos del hermano departamento de Potosí, realizado en el pueblo de Uyuni, pueblo azotado por el frio y el viento. El inmenso salar de Uyuni, deslumbrante por la sal infinita, resto del prehistórico lago ‘Minchin’, fue testigo de las hazañas del joven orureño que se elevaba al cielo inmensamente azul, que contrastaba a la mirada del piloto con la blanquísima extensión salina del salar, reserva de inmensas riquezas salinas. Rescatamos de este artículo, que lamentablemente, se desconoce quien pueda ser «Alfredo Ettiene», a quien le cupo el encargo de adquirir el avión Fiat que a posterior se llamaría «COBIJA», como recuerdo de aspiración marítima, de la nación boliviana toda.


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