El Presidente Luis Arce propuso este lunes en Glasgow – Escocia durante su participación de la Cumbre Mundial de Cambio Climático, que los países desarrollados, asuman el modelo boliviano de vivir bien en armonía con la Madre Tierra y no con el modelo neoliberal del “nuevo colonialismo del carbono” ligado al “capitalismo verde”.
“Estamos conscientes de que los países desarrollados están promoviendo un nuevo proceso de recolonización mundial que podemos denominar un nuevo colonialismo del carbono”, afirmó el mandatario boliviano en su intervención en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP 26.
Fue duro con el actual modelo socio-económico imperante en el mundo como es el capitalismo al que calificó como “falta de compromiso verdadero del mundo desarrollado para enfrentar la crisis, advirtiendo que las medidas tomadas hasta ahora están muy lejos de lo comprometido hace seis años en el Acuerdo de París”.
Por ello, propuso el modelo de armonía con la naturaleza en la convivencia humana que se encara en Bolivia.
“La solución a la crisis climática no se va a lograr con más capitalismo verde y más mercados globales de carbono; la solución pasa por cambiar el modelo de civilización y avanzar a un modelo alternativo del capitalismo, que es el horizonte civilizatorio del vivir bien, en armonía con la Madre Tierra”, expresó Luis Arce.
Su planteamiento fue luego de advertir que los países desarrollados “están tratando de imponer sus propias reglas de juego en las negociaciones climáticas, para seguir alimentando el nuevo sistema capitalista verde”.
Según Arce, la imposición de este modelo de negociación deja a los países en desarrollo “sin opción alguna” ante una crisis climática convertida en el mayor problema de la humanidad, con riesgo de que las próximas generaciones reciban una carga muy pesada y hasta imposible de resolver.
“El sistema mundial capitalista basado en un consumismo sin límites y explotación irracional de la naturaleza y el espacio atmosférico no puede solucionar la crisis climática, a no ser que exista un fuerte cambio de timón en su sistema económico y social”, insistió.
Fue muy crítico con la “hipocresía del primer mundo”, al hablar de un balance neutral de emisiones en el año 2050, objetivo que consideró “muy lejos de la verdad” por su falta de compromiso en acciones concretas.
Dijo que si los países desarrollados quieren liderar de verdad la lucha contra el cambio climático “tienen que promover una distribución del espacio atmosférico basada en la equidad, con responsabilidades comunes pero diferenciadas, y en sus responsabilidades históricas”.
“El primer mundo tiene que cumplir las metas de reducción del aumento de la temperatura acordadas en París y transferir los recursos financieros necesarios al mundo en desarrollo”, enfatizó.
Acotó que Bolivia es uno de los países menos contaminantes del globo en aplicación de sus propias políticas internas en defensa de la Madre Tierra.
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