Durante la Homilía de este domingo, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, pidió respetar la vida humana, indicando que es la imagen de Dios y que nadie, ni si siquiera un Estado tiene derecho a quitarla para solucionar un problema.
La autoridad religiosa brindó el discurso en mención al reciente caso de la niña de 11 años, quien por decisión de sus familiares dará a luz al bebé que lleva en su vientre, luego de haber sido violada por su abuelastro. Además estará bajo la responsabilidad de la Iglesia Católica.
“¿Es justo matar una vida humana para solucionar un problema? La defensa de la vida, el rechazo de la pena de muerte y la eutanasia son un mandato de Dios para la Iglesia y para todo creyente en Cristo. Dios quiere purificar y liberar nuestro corazón del egoísmo, de tantos males y ataduras para hacerlo capaz de amar”, manifestó el sacerdote, durante la celebración de la misa en la catedral cruceña.
El arzobispo también mencionó los mandamientos, señalando que son un código de vida y fruto del amor de Dios, que no coartan la libertad. De esa manera añadió que, salvaguardar la libertad y la dignidad de las personas nos hacen capaces de acoger y responder al amor divino y son la base para una relación justa y pacífica.
“El primer mandamiento no nos pide cumplir reglas ni celebrar ritos, sino que nos dice a cada uno: ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. Amar a Dios, entonces, no puede ser entendido como un mandato, sino como la respuesta de amor al amor mismo y a todo lo que hay en él: la vida, la verdad, la belleza, la misericordia.”, reflexionó.
Gualberti anunció que respetando los derechos y la vida de las demás personas se cumple con el mandato de Dios e indicó que el Estado no tiene derecho a quitarla, pues al contrario debe garantizar la justicia, el respeto y la dignidad.
“Cuando se hiere o se quita la vida, se está hiriendo o quitando la imagen de Dios, y nadie, ni un Estado tiene derecho de hacerlo”, detalló el líder religioso.
La Defensoría del Pueblo e incluso organismos internacionales criticaron a la Iglesia.
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