La fuerza aérea etíope bombardeó, este domingo, objetivos en la región rebelde del Tigré, al Norte del país, elevando el número de ataques a ocho, durante esta semana.
Etiopía intensificó sus ataques aéreos en la región del Tigray, la cual es controlada por rebeldes.
Luego de varios meses de tensiones, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, desplegó al ejército federal en esta región el 4 de noviembre de 2020 con la intención de expulsar a las autoridades regionales disidentes del TPLF, que controló el poder en toda Etiopía hasta 2018.
Estos nuevos ataques, alejados de la capital regional, Mekele, bombardeada en varias ocasiones desde el lunes, por primera vez en lo que va de este conflicto, podrían marcar una ampliación de esta campaña aérea y una nueva intensificación de las hostilidades, situación que inquieta a la comunidad internacional.
«Hoy (domingo) el frente oeste (de Mai Tsebri), que servía de centro de entrenamiento y puesto de comando del grupo terrorista TPFL, fue atacado por la aviación», declaró la portavoz gubernamental Selamawit Kassa, refiriéndose al Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF, por sus siglas en inglés), según reporte de la AFP.
Los mismos aparatos destruyeron una instalación en la localidad de Adua, en el Norte del Tigré esta vez, donde se fabrican «equipos militares», y uniformes para los combatientes del TPLF, anunció Kassa.
Hasta el momento, no se informó si hubo víctimas a causa de estos bombardeos.
El portavoz del TPLF, Getachew Reda, afirmó en un tuit que la fuerza aérea etíope bombardeó un hospital en Mai Tsebri y una fábrica textil en Adua, instalación que ya fue saqueada por el ejército federal etíope y su aliado eritreo al principio de este conflicto.
Finalmente, Selamawit Kassa confirmó que, efectivamente, la fábrica textil fue atacada, sin embargo, negó la otra aseveración, asegurando que el bombardeo contra Mai Tsebri «tuvo como único blanco (…) una base de entrenamiento y mando» del TPLF.
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