Para acelerar el sistema de inmunización que hasta la fecha abarca menos del 12 por ciento de la población venezolana, el Presidente de ese país, Nicolás Maduro, anunció este martes que el grupo etario entre tres y 18 años comenzará a ser vacunado contra el Covid-19.
«A partir de octubre vamos a vacunar a la población infantil y juvenil de Venezuela de tres a 18 años, tendremos vacunas para todos los niños, adolescentes y jóvenes de Venezuela, vacunas ya experimentadas y comprobadas (…) Porque nosotros desde ese mes vamos a clases presenciales», indicó Maduro en un acto político .
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de ese país el gobierno venezolano no ofrece regularmente cifras de vacunación, y 3,3 millones de personas (11,62%) han recibido las dos dosis de las vacunas Sputnik-V de Rusia y la china Sinopharm.
Sin embargo el plan de vacunación de ese país recibió críticas al inicio por su lento desarrollo. Su gobierno ha buscado masificarlo y se fijó como meta que el 70% de la población, equivalente a 22 millones de personas, reciba la vacunación completa para octubre, cuando además espera iniciar clases presenciales.
«Estábamos vacunando 100 mil ciudadanos por día, y ahora vamos a la aplicación de 300 mil vacunas por día. Triplicamos», señaló el mandatario.
La vacunación en Venezuela se ha ejecutado a través de convocatorias por mensajes de texto por medio de un sistema de su gobierno.
La vicepresidente, Delcy Rodríguez informó el lunes 30 de agosto que a partir del ese día las personas mayores de 60 años que aún no se han vacunado contra el coronavirus pueden acudir a cualquier centro de vacunación para recibir la dosis sin necesidad de cita.
Pero existen dudas por parte de los mayores que recibieron la primera dosis de la Sputnik-V y que llevan meses esperando la aplicación de la segunda dosis. Y dijeron que su gobierno no se ha pronunciado al respecto.
Hasta el lunes, según cifras oficiales, en Venezuela se han detectado 334.343 contagios del coronavirus y 4.019 decesos a causa de la enfermedad, números cuestionados por gremios de salud y organizaciones internacionales al considerar que existe un elevado subregistro.
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