Con la ayuda de un especialista en radares de penetración terrestre, este fin de semana se encontraron restos de 215 niños cerca de un internado en Canadá, informó la jefa de la comunidad Tk’emlúps te Secwépemc, Rosanne Casimir.
El descubrimiento tardo décadas. Para algunos supervivientes del Colegio Residencial Indio de Kamloops, en Canadá, la confirmación de que enterraron a niños de tres años en los terrenos del internado cristalizó el dolor que llevan consigo toda su vida.
La comunidad Tk’emlúps te Secwépemc, en el interior del Sur de la Columbia Británica, donde se encontraba la escuela, emitió un comunicado a última hora el jueves 27 de mayo en el que indicaba que se había confirmado una “tragedia impensable de la que se hablaba pero nunca se documentaba”.
Casimir indicó que los restos de niños fueron alumnos del Colegio Residencial Indio de Kamloops. Asimismo, dijo que los niños desaparecidos son muertes no documentadas.
“La historia es tan irreal, que ayer se hizo real para muchos de nosotros en esta comunidad”, expresó en contacto con CNN Harvey McLeod quien asistió a la escuela durante dos años a finales de la década de 1960.
Niños que preguntaban dónde habían ido sus amigos y compañeros
Durante décadas, McLeod expresó que él y los antiguos alumnos se preguntaban qué había pasado con sus amigos y compañeros.
“A veces la gente no volvía, nos alegrábamos por ellos, pensábamos que se habían escapado, sin saber si lo habían hecho o que les había pasado”, señaló.
Detalló que el internado indio de Kamloops fue uno de los más grandes de Canadá y funcionó desde finales del siglo XIX hasta finales de la década de 1970. Fue abierto y dirigido por la Iglesia Católica hasta que el Gobierno federal se hizo cargo de él a finales de los años sesenta.
“Se cerró definitivamente una década después, y ahora alberga un museo y un centro comunitario con actos culturales y conmemorativos”, subrayó.
La investigación continuará
Los líderes de la comunidad ya mencionada afirmaron que la investigación continuará junto con la Oficina del Forense de la Columbia Británica, y que los funcionarios de la comunidad y del Gobierno se asegurarán de salvaguardar e identificar los restos.
La jefe de los forenses, Lisa Lapointe, emitió un comunicado en el que afirma que su oficina se encuentra en las primeras fases del proceso de recopilación de información.
Legado trágico de los internados en Canadá
En 2015, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá publicaron un informe en el que se detallaba el dañino legado del sistema de internados del país.
Se separó de sus familias a miles de niños, en su mayoría indígenas, y se les obligó a asistir a los internados.
El informe detallaba décadas de abusos físicos, sexuales y emocionales contra los niños en instituciones gubernamentales y eclesiásticas.
Terror para los niños, compañeros y familias
McLeod dijo que el sistema de escuelas residenciales marcó a generaciones de su familia y que el abuso que sufrió en la escuela de Kamloops lo aterrorizó a él, a su familia y a sus compañeros.
“El abuso que me ocurrió fue físico, fue sexual, y en 1966 era una persona que no quería vivir más”, comentó.
Añadió que entró en la escuela en 1966 junto con la mayoría de sus hermanos.
“Siete de nosotros fuimos al mismo tiempo a la misma escuela que fueron mi madre y mi padre, no había opción, era un requisito, era la ley. Y solo puedo imaginar lo que mi mamá y mi papá, cómo se sintieron cuando dejaron a algunos de nosotros allí sabiendo lo que vivieron en esa escuela”, recordó.
Miles de niños muertos a lo largo de varias décadas
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación enfatizó que muchos de los niños de los internados no recibieron la atención médica adecuada y algunos murieron prematuramente de enfermedades como la tuberculosis.
La Comisión calcula que más de 4.000 niños murieron durante su estancia en los internados a lo largo de varias décadas, pero el informe final de esta dependencia reconoce que es imposible conocer el número real.
McLeod dijo que el descubrimiento de los restos de los niños en su antigua escuela, ha ayudado a los miembros de la comunidad que conoce a hablar de los abusos que sufrieron y del trauma intergeneracional que causó.
Señaló que le gustaría participar en la recuperación de las heridas y que ahora quiere evitar señalar con el dedo o culpar a alguien.
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