El Papa Francisco pidió la paz en Birmania y Oriente Medio, refiriéndose particularmente a la «espiral de muerte y destrucción» en Myanmar y el conflicto palestino-israelí. La intención se ofreció durante una misa especial la mañana de este domingo.
La ceremonia litúrgica se realizó luego de varios llamados a la paz emitidos en los meses precedentes por el Sumo Pontífice, quien visitará Birmania en noviembre de este año, considerada como la primera visita papal a una nación predominantemente budista.
La autoridad religiosa, durante la Homilía, evitó denunciar abiertamente al régimen militar birmano y pidió a los fieles que permanezcan «firmes en la verdad», exhortando a no perder la esperanza. El 1 de febrero dicho régimen derrocó al Gobierno electo de Aung San Suu Kyi,
«Queridos hermanos y hermanas, mientras Myanmar, vuestro amado país, está marcado por la violencia, el conflicto y la represión, nos preguntamos: ¿Qué debemos cuidar? En primer lugar, cuidar la fe», declaró.
Francisco reiteró su llamado a la unidad, calificando a la división entre las comunidades religiosas de «enfermedad mental».
«Sé que algunas situaciones políticas y sociales son más grandes que ustedes, pero el compromiso por la paz y la fraternidad nace siempre de la base. Cada uno, en lo pequeño, puede hacer su parte», destacó posteriormente.
Odio y Venganza
El Santo Padre exhortó a las personas ser constructores de paz, en medio de la guerra, violencia y odio.
«Y donde hay guerra, violencia y odio, ser fieles al Evangelio y constructores de paz significa comprometerse, también a través de las decisiones sociales y políticas, arriesgando la vida», añadió.
Posterior a la tradicional oración del “Ángelus” del mediodía, Francisco también advirtió contra la «espiral de muerte y destrucción» en los enfrentamientos en Oriente Medio, considerando a la pérdida de vidas inocentes en este conflicto como algo «terrible e inaceptable».
«Me pregunto: ¿el odio y la venganza dónde llevarán? ¿Realmente pensamos construir la paz destruyendo al otro?», finalizó haciendo también un llamado a la calma, a los responsables de estos ataques para hacer que cese el “estruendo de las armas y de recorrer los caminos de la paz, también con la ayuda de la Comunidad Internacional».
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