El rol de periodista en el tiempo precedente se volvió complicado, por las condiciones en las cuales debe lidiar para hacer conocer la realidad de una determinada sociedad.
Ahora más que antes es poco entendible esta tarea. Pero, vayamos por el principio y definamos qué es un periodista. Si utilizamos términos sencillos y menos teorizados que en la universidad, es aquella persona que está preparada para la búsqueda de la información, darle un tratamiento y posteriormente publicar los datos procesados con el objetivo de que la audiencia pueda entenderla de manera fácil.
Para lograr aquel cometido, no solo es agarrar una reportera o ahora un celular que sirva de grabadora y filmadora al mismo tiempo, sino que se debe comprender la realidad desde lo más básico. Estar siempre informado para no ser “pillado en curva” al momento de una cobertura. Seguidamente, “enfrentar” al entrevistado con preguntas que vayan a satisfacer las inquietudes de los “sin voz”.
Con ese material aún “en bruto”, es necesario complementar con una serie de datos, según las circunstancias, ya sean documentos, revisión de antecedentes, números, entrevistas anteriores, entre otros elementos que permitan lograr una “nota ideal”.
Al margen de la entrevista, mucho tiene que ver el trabajo de campo al momento de la cobertura, observación, indagación y formulación de hipótesis, si la situación lo amerita.
Seguidamente, viene el procesamiento de todos los datos recolectados, que derivará en la redacción de una nota, sea esta para el impreso, la radio, la televisión o un medio digital.
DIGITAL
Ahora lo digital, permite ingresar a un mundo inimaginable de ideas, con la utilización de una serie de herramientas y plataformas que permitirán llegar a un trabajo sin límites en el que se incluye material multimedia, fotografías, videos, audios, infografías, animaciones, entre muchas cosas más.
Lo mencionado es solo una parte, ya que el trabajo no termina ahí, la base fundamental para hacer periodismo, es la investigación.
INVESTIGACIÓN
En las aulas universitarias muchas veces escuchamos a los docentes preguntar a los futuros periodistas: ¿Qué les gustaría hacer una vez que salgan de la universidad? Y muchas veces varios estudiantes respondían: “¡Periodismo de investigación!”.
Sin embargo, en el discurso es fácil mencionar mas no así en la práctica, ya que de manera inmediata, es decir, una vez salido de las aulas, es un tanto complicado y no por la preparación, sino por la falta de experiencia, y sobre todo conocer el entorno, hacer contactos, hacerse conocer con su propio trabajo, cuya llave “mágica” permite abrir hasta las puertas más difíciles.
Es quizás uno de los momentos en que el periodista se divierte trabajando, porque al indagar e investigar, previa contrastación de los datos, se llegan a resultados que pueden originar una verdadera revolución en la sociedad, en función al tema.
Muchas veces, los resultados para el periodista son nefastos, porque se ganan enemigos de manera gratuita, autoridades de Gobierno, departamentales, municipales, dirigentes sindicales, jueces, policías, militares, entre otros.
COMPROMISO
Ahí está el desafío para continuar caminando en el fascinante mundo del periodismo. Para quienes lo hacemos desde el impreso, la experiencia es mucho más placentera, ya que cada palabra enmarcada en un conjunto de ideas permite escribir en definitiva la historia de un sector, grupo social, región, municipio, departamento, país e incluso del mundo mismo.
Para ello, es necesario nacer con sangre de tinta de imprenta en las venas, porque solo así se vivirá con verdadera pasión el periodismo, como pan de cada día, que no represente un esfuerzo, al contrario, una satisfacción permanente no solo el de informar, sino también el de investigar y dar a la ciudadanía la voz que no la tiene.
Siempre lo dijimos, muchas veces el periodismo resuelve los problemas, mediante sus líneas, sin necesidad de ser autoridad se puede llegar a cambiar el mundo, aunque en ocasiones se paga con la vida misma, pero sí se deja una huella profunda que va más allá de lo evidente.
Hablando de lo evidente, se debe llegar a ver más allá, porque solo así se podrán identificar los problemas de un sector y luego trabajar en ello para una solución.
Pese a ese mundo de pasión periodística, que es como el alimento del alma para algunos que ejercen la profesión, existe un contrasentido en otros planos como el familiar, las relaciones amorosas, lo económico e incluso perdiendo vida social.
En lo familiar, porque el periodista no es comprendido por sus seres queridos, que debe salir en cualquier momento de casa sin horario de llegada. Las relaciones con la pareja, terminan en fracaso, por la misma situación donde predomina la incomprensión al trabajo que se efectúa, siempre y cuando uno realmente está comprometido con lo que hace.
La vida social, aunque muchas personas dirían – pero, los periodistas todo el tiempo están vinculados a ese ámbito – la realidad es diferente, porque no es así.
Si bien se tiene contacto con toda la sociedad, no se disfruta de esos momentos de diversión, como ocurre en algún aniversario cívico, feriado u otro tipo de actividades familiares. El periodista debe estar siempre “al pie de la noticia” para continuar con su misión, con la cual se casó y que algún día será su pareja fiel hasta terminar sus días con la gracia Divina.
Por eso, el periodista con tinta de imprenta en las venas llegará a servir a todos, por ese compromiso social de hacer de este mundo, en uno mejor.
