Awicha que en aymara significa “vieja”, es una gatita cuyo inicio de su vida fue un total calvario o como se llama en la jerga popular, tuvo una “vida de perro”, debido al infortunio de ser abandona y sopesar la indiferencia de los humanos por muchos años. Sin embargo, no siempre sería así su destino y el Sumo Hacedor se encargaría de recompensarla.
Awicha fue encontrada sin dientes, con garrapatas muertas en todo el cuerpo, tenía el pelo enredado y claramente sufría de dos enfermedades.
La gatita era bastante uraña y hasta salvaje, pues viviendo por tanto tiempo en la calle, acuñando en su ser todos los maltratos de esa vida y de la gente, era obvio que quedaría con traumas en su comportamiento.
Sin dientes, siendo anciana ella comía lo que podía cazar y muchas veces nada.
Cuando Awicha llegó al refugio que la rehabilitó, le cortaron el pelo enmarañado y sucio sin haber otra opción, también comenzó con un tratamiento para una enfermedad, la cual parece que ya no se puede curar.
Posterior a los pasos más importantes de su rehabilitación, una persona de gran corazón decidió hacerse cargo de la gatita.
Junto con todos los tratamientos y cuidados que conlleva hacerse cargo de una gata mayor, hoy, Awicha está llena de cariño y cuidados por parte de su “papá humano”.
Awicha superó todos sus traumas con el amor recibido, es una gata feliz, muy cariñosa, juguetona y sobre todo tiene una vida segura y con bienestar.
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