El Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), informó que los restos óseos calcinados, hallados en la zona de La Maica Chica en el sector del puente al sur de Cochabamba, corresponden a Betsabé Mara Alacia, la joven de 24 años que murió por un disparo de un proyectil de arma de fuego en la cabeza y por la trayectoria, se condiciona la participación de una segunda persona.
“Se realizó la autopsia médico legal en los restos óseos concluyendo la causa de muerte a un traumatismo cráneo encefálico penetrante por proyectil de arma de fuego, a la vez revela una trayectoria interna de este proyectil que va de arriba hacia abajo, derecha a izquierda y de atrás hacia adelante, que condiciona la participación de una segunda persona”, explicó el director nacional del IDIF, Andrés Flores.
El domingo, el juez sentencio al teniente Adán Mina Alanes, autor de la desaparición del cuerpo de Betzabé Mara Alacia de 24 años, a 30 años de presidio en el penal de El Abra de Cochabamba, sin derecho a indulto.
Antes de la sentencia, el acusado admitió haber quemado el cuerpo de la joven, pero negó haberle disparado, indicando que ella misma se habría quitado la vida dándose un tiro en la cabeza por error, según informó el abogado de la familia de la víctima, Percibal Garrón Torrico.
Según los antecedentes, el 11 de agosto en una vivienda del municipio de Quillacollo, Mina llamó por teléfono a Betsabé y ella salió de su domicilio a las 16:00 horas, para encontrarse con él y desde ese momento no se supo más de su paradero.
Tras los resultados de la pericia forense, el personal del IDIF, entregó a la madre de Betsabé los restos, quien en medio de dolor y llanto los recibió después de buscarla incansablemente durante 11 días.