No todos los animales tienen la fortuna que tuvo “Pirata”, un can criollo, cuyo destino, en principio, pareció ser la muerte, sin embargo, personas piadosas lo encontraron para luego adoptarlo, con el propósito de darle una vida llena de felicidad y una segunda oportunidad de vivir.
Era el año 2012, “Pirata” era un pequeño can de dos meses, abandonado en uno de los basurales de la ciudad de Oruro. La gente, si bien lo veía, no hacía nada, ya que más primaba la indiferencia de sus corazones, hasta que, finalmente, personas piadosas lo recogieron para adoptarlo.
Pero adaptarse a su nueva familia fue complicado, debido a su delicado estado de salud, estaba muy resfriado, lo que le ocasionó que contraiga moquillo. Estuvo con tratamiento, incluso tuvo que ser llevado a la ciudad de La Paz, para recibir una atención especializada.
Fueron 15 días de sufrimiento, hasta que, finalmente, “Pirata” superó esa enfermedad y a partir de ese momento, su vida cambiaría para siempre.
PIRATA
Fue bautizado como “Pirata”, debido a la mancha oscura que lleva en el ojo izquierdo, cual si fuera un verdadero pirata del Caribe. Verónica Ustárez es su ama, lo considera su brazo derecho, porque no solo es una mascota, sino entiende a la perfección todo lo que se le dice, en otras palabras, sólo le falta hablar para comunicarse como un ser humano.
Tiene un corazón de oro, porque acompaña a Verónica a rescatar a otras mascotas de la misma situación en la que se encontraba al nacer, “Pirata” comprende perfectamente ese rol, y no solo eso, se encarga del cuidado de las mascotas que están en delicado estado de salud o de condición, sin importar, si son gatitos o perritos, por eso es que se ganó el apelativo del “Doctor Pirata”.
Junto a su ama vivieron alegrías, tristezas y dificultades, de las cuales, siempre salieron adelante para dar la oportunidad de un destino mejor a otros seres abandonados. “‘Pirata’, mi fiel compañero y mi gran amor, un rescatado de corazón”, afirmó Verónica.
/DA/