En el corazón de Oruro, donde la historia y la cultura se entrelazan, Miguel Salas emerge como un apasionado defensor de la memoria histórica. Ingeniero agrónomo de profesión, su amor por la historia se forjó desde la infancia, en el barrio tradicional de la Ranchería, donde su familia ha dejado una huella imborrable a lo largo de tres generaciones. Desde pequeño, Miguel fue moldeado por su padre artesano, quien, en un acto de disciplina, lo instó a leer en lugar de castigarle. Esta experiencia transformadora despertó en él una curiosidad insaciable por las letras y los relatos del pasado.
A lo largo de su trayectoria, Miguel ha combinado su formación técnica con una profunda pasión por la investigación histórica. Su carrera como ingeniero agrónomo le permitió recorrer Bolivia, pero fue su amor por los libros lo que realmente lo llevó a explorar las raíces de su tierra. En sus viajes a comunidades remotas, siempre encontraba tiempo para visitar librerías y adquirir textos que alimentaran su sed de conocimiento.
Miguel recuerda con nostalgia sus años escolares en el Aniceto Arce, donde cultivó su interés por la historia gracias a profesores que dejaron una marca indeleble en su vida. Sin embargo, también rememora momentos difíciles, como las crisis económicas que afectaron a su familia durante su infancia. A pesar de estos desafíos, encontró alegría en sus proyectos comunitarios, como la creación de un bosque en Pie de Gallo junto a sus amigos jóvenes progresistas.
Su compromiso con la historia no se limita al ámbito personal; Miguel ha trabajado incansablemente para preservar los archivos históricos de Oruro. A través de su labor en el Archivo Histórico y su participación en iniciativas para catalogar documentos valiosos, ha demostrado que un país sin archivos es un país sin memoria. Su visión es clara: Oruro posee un patrimonio histórico invaluable que debe ser reconocido y protegido.
Miguel enfatiza la importancia de formar archivistas capacitados y aboga por leyes que protejan la información histórica del país. Su deseo es que las futuras generaciones tengan acceso a una educación rica en historia y cultura. Para él, cada documento perdido representa una parte de la identidad nacional que se desvanece.
Aunque ha recibido reconocimientos por su labor tanto como agrónomo como historiador, Miguel mantiene una perspectiva humilde. Para él, el verdadero reconocimiento radica en el impacto que puede tener en su comunidad. Cada noche, se sumerge en la escritura y la investigación, compartiendo sus hallazgos con aquellos que buscan conocer más sobre Oruro.
Con un futuro incierto pero lleno de posibilidades, Miguel Salas continúa siendo un faro de esperanza para aquellos que valoran la historia y el conocimiento. Su legado es un recordatorio del poder de la curiosidad y el compromiso con el pasado, elementos esenciales para construir un futuro más consciente y conectado con nuestras raíces.













