Nacional Potosí dio un giro inesperado en la final del partido revancha del torneo seriado de la División Profesional, remontando el marcador global ante Bolívar para coronarse campeón, de la mano del entrenador cruceño, Leonardo Égüez, quien atribuyó este cambio a la fe y perseverancia que tuvieron los jugadores a lo largo del segundo semestre, período en el cual se notó una mejoría en el desempeño futbolístico.
“Nos daban por muertos en esta Copa. Llegamos a esta final, ya daba campeón al rival, que sí viene jugando bien y los partidos hay que jugarlos. Con fe y perseverancia, se pueden dar las cosas”, declaró Égüez, quien, a los 35 años de edad, se convierte en uno de los entrenadores más jóvenes en ganar un torneo oficial del fútbol profesional en Bolivia.
El primer semestre de Nacional Potosí fue amargo en cuanto a resultados. En septiembre, Égüez asumió la dirección técnica, abriendo un abanico de incertidumbre, pero paso a paso, el rumbo del elenco de la banda roja sufrió un cambio favorable, a nivel físico, futbolístico y hasta espiritual.
“Sabíamos que teníamos que hacer un gol rápido hasta que Bolívar haga la lectura y agarre el planteamiento que le hicimos y hasta eso estábamos dos a cero. En el segundo tiempo entraron bien los cambios y pudimos liquidar”, declaró Égüez, quien movió su esquema de un 1-4-3-3 a un 1-3-5-2, en una noche, y dio resultado porque, “cuando el jugador está comprometido no hay adversidad”.
Sobre su continuidad en el cargo y teniendo Nacional Potosí a Botafogo (Brasil) como su rival, en dos partidos, en la Copa Libertadores, Égüez prefirió no profundizar en este tema y concentrarse en la celebración, “fueron días complicados, remontar un 0-2 contra Bolívar, uno de los mejores equipos del país, no es fácil, ahora hay que disfrutarlo”.













