El pasado 9 de septiembre, ocasión en que Bolivia venció a Brasil en El Alto por 1-0 en la última fecha de las eliminatorias, clasificando así para jugar el repechaje para la próxima Copa del Mundo. Muchos no se cansaron de celebrar, tomarse algunas fotos con la selección y anunciar que el apoyo a la Verde sería incondicional.
Tres meses después, la manera de pensar de algunos dirigentes cambió, esos mismos que pedían que la dirigencia de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), se ponga manos a la obra para concretar la mayor cantidad de partidos amistosos, hoy, son los que más trabas ponen a la preparación de la selección boliviana.
En este tiempo, con el afán de mantener en ritmo de competencia internacional de los jugadores, Bolivia disputó cuatro partidos amistosos, contra Rusia, Jordania, Corea del Sur y Japón, es verdad que los resultados no acompañaron, pero se vio el cambio de actitud en los futbolistas.
Por eso mismo es que la FBF, ha seguido trabajando en la concreción de partidos amistosos, en eso se presentó la posibilidad de jugar contra Perú, no se pensó dos veces y se aceptó el reto, pero al apoyo prometido, se “esfumó”.
Para el partido contra Perú, Óscar Villegas, convocó a 23 jugadores, y varios clubes negaron ceder a sus jugadores al no ser una fecha FIFA. Villegas casi de inmediato apeló a otros jugadores, al final, la delegación boliviana, viajó la madrugada de este viernes, con solo 19 jugadores.
Si esa es la actitud, es poco probable lograr el objetivo de clasificar al próximo Mundial que se jugará el 2026 en Estados Unidos, México y Canadá. Entre enero y febrero del siguiente año, la FBF, confirmó la disputa de otros dos partidos, contra México y Panamá. La esperanza de los bolivianos es que para esos cotejos la actitud de algunos dirigentes cambie.
Bolivia deberá jugar los partidos del repechaje entre el 26 y 31 de marzo de 2026, inicialmente contra Surinam y si gana ese cotejo se enfrentará a Irak, si obtiene el triunfo, tendrá el boleto en mano para participar en el Mundial 2026.
