Un ambiente tenso se vivió en las inmediaciones de la Avenida Cívica “Sanjines Vincenti”, donde los vecinos bloquearon el sector en rechazo a los constantes excesos que se registran durante actividades folklóricas y conciertos. Según denunciaron, estas situaciones afectan la imagen del lugar y vulneran el entorno de la Basílica Menor Nuestra Señora del Socavón.
La protesta surgió después del concierto realizado el pasado 21 de noviembre de 2025 por un conjunto folklórico. Los vecinos afirmaron que esta actividad derivó en un excesivo consumo de alcohol, peleas, desorden y suciedad en la zona.
La movilización también buscó impedir que otro concierto, programado para el 28 de noviembre de 2025, instale su escenario sobre la explanada.

Protesta vecinal
Zulema Patzy, vecina del barrio Socavón, describió un escenario que calificó de “insostenible”. Relató que algunas actividades que se realizan en la explanada de la Avenida Cívica se extienden hasta la madrugada, generando contaminación acústica que afecta a familias y adultos mayores del sector.
“Duran hasta las 4 o 5 de la mañana. La gente de la tercera edad llora por estas actividades”, expresó. Aseguró que los vecinos no rechazan el folklore, pero sí el uso de la Avenida Cívica como punto central para eventos masivos que, sostienen, deterioran el espacio patrimonial.
Patzy señaló que después de cada actividad quedan botellas, orina, heces fecales y jóvenes consumiendo alcohol a plena luz del día. “Las mamás llevan a sus niños a la escuela y tienen que ver cosas lamentables. Hemos auxiliado a un joven que casi matan en una pelea. La Policía no aparece o no hace nada”, añadió.
La preocupación también gira en torno a la Basílica Menor. “Estamos poniendo en riesgo la Basílica. La gente del exterior llega y se encuentra con olores insoportables y suciedad”, afirmó.

Alcaldía responde
Consultado sobre el conflicto, el alcalde Adhemar Wilcarani afirmó que la situación debe abrir un proceso de reflexión sobre el uso de la Avenida Cívica. Sin embargo, evitó hablar de una prohibición absoluta para actividades culturales. “No contamos con otros espacios de tal magnitud”, dijo. Reconoció que la última actividad generó un escenario “bochornoso” y que se asumieron medidas para mitigar los problemas.
Wilcarani informó que para el evento solicitado por la Morenada Central Oruro Fundada por la Comunidad Cocani, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas, particularmente de las llamadas poncheras. Además, se exigió la instalación de baños portátiles, reducción de decibeles y horarios estrictos de cierre.
“Si la prioridad es proteger la Basílica Menor, vamos a tener que ajustar horarios o incluso cerrar la realización de algunas actividades”, adelantó.
Asimismo, el burgomaestre señaló que se trabajará en una reglamentación para el uso de la Avenida Cívica, junto al Concejo Municipal de Oruro. Mencionó que la Avenida de la Diablada podría convertirse en un espacio alternativo para eventos culturales de esta magnitud.
Reunión entre vecinos y autoridades
En horas de la tarde, el secretario general del Gobierno Municipal, Julio Cepeda, informó sobre una reunión con dirigentes del barrio Socavón, control social y organizaciones comunitarias. En este encuentro se expusieron las normas municipales aplicables a este tipo de eventos.
Cepeda aseguró que la administración municipal será “la primera en proteger” la nueva categoría de Basílica Menor. La regulación del espacio es urgente y anunció que se elaborará una normativa específica. En ese proceso serán convocados vecinos, actores sociales y representantes culturales.
“La esencia de la Basílica Menor Nuestra Señora del Socavón se constituye en un plus dentro de la obra maestra del patrimonio cultural. Su entorno debe ser protegido”, manifestó.

Cambio de locación del concierto
El bloqueo impidió que los organizadores del concierto de la Morenada Central Cocani instalen su escenario en la Avenida Cívica. Por lo tanto, decidieron trasladar la actividad para el 28 de noviembre de 2025 al monumento a “J’acha” Flores, en la Avenida 6 de Agosto.
La determinación fue anunciada oficialmente por el conjunto mediante un comunicado en sus redes sociales, que justificó el cambio por razones técnicas y logísticas. Sin embargo, la decisión desató preocupación en los vecinos de la zona, quienes temen que el descontrol se traslade a su sector.

“Nos dicen que la Alcaldía autorizó, pero no muestran documentación. Ya empezaron a armar el escenario y los vecinos están reaccionando. No queremos llegar a confrontaciones”, señaló Adolfo Gutiérrez, presidente del Control Social del Distrito 1.
El conflicto abrió un debate sobre el uso de espacios tradicionales vinculados al folklore, frente al derecho de los vecinos a vivir en un entorno seguro y respetuoso del patrimonio.
La jornada cerró con incertidumbre y con el pedido insistente de los habitantes de la Avenida Cívica: una regulación clara que proteja la Basílica Menor, limite el consumo de alcohol y evite que actividades culturales deriven en descontrol y deterioro del sector.















