El número de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad en Oruro ha crecido de manera alarmante, según advirtieron las autoridades del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gador).
Los centros de acogida ofrecen atención integral en salud, alimentación y educación, con el objetivo de garantizar condiciones mínimas de cuidado. Sin embargo, reconocen que nunca podrán reemplazar el amor y la estabilidad que brinda una familia. Guadalupe Ramírez, directora de la Secretaría Departamental de Desarrollo Social y Seguridad Alimentaria, destacó que se trabaja de manera constante en la reinserción familiar y en adopciones. Este proceso es complejo y requiere la colaboración de distintas instituciones y defensorías en los municipios.
“Lo más importante que nosotros no otorgamos y nunca va a suplir el amor y el cariño de una familia. En el único lugar que los niños van a recibir el amor de una familia va a ser en sus hogares”, explicó Ramírez. Ella subrayó la importancia de la prevención y la concienciación sobre la crianza en entornos familiares.
Oportunidades educativas
Durante la gestión 2025, cerca de 7 estudiantes de los centros de acogida completarán sus estudios. Gracias a un convenio con la Universidad Técnica de Oruro (UTO), los adolescentes que egresan tienen la posibilidad de ingresar directamente a la educación superior, según indicó Ramírez.
Además, alrededor de 10 adolescentes dejarán los hogares al cumplir la mayoría de edad. La dirección del programa busca asegurar que estos jóvenes salgan como bachilleres y con formación técnica, a través de cursos de tecnificación y programas de formación laboral.
La Secretaría también gestiona la inserción de estos jóvenes en la bolsa de empleos departamental, garantizando así oportunidades de trabajo una vez que salgan de los centros.

Aumento de la vulneración de derechos
Ramírez alertó que la vulneración de derechos de los niños y adolescentes ha crecido notablemente en Oruro. La mayoría de los casos de ingreso a los centros de acogida se relaciona con situaciones de abandono, negligencia o disgregación familiar.
“Debemos tomar conciencia de que nuestros niños tienen que crecer en familia. No podemos llevarlos a los centros de acogida pensando que la atención por sí sola sustituye a la familia”, afirmó la directora, enfatizando la necesidad de fortalecer los programas de prevención y acompañamiento familiar.
Centro de reinserción social
Por otro lado, la Secretaría también gestiona el Centro de Reinserción Social Renacer, que está destinado a adolescentes en conflicto con la ley penal, quienes son imputables desde los 14 años.
En este espacio se brinda atención integral para promover la reinserción social y prevenir la reincidencia, aunque los jóvenes carecen de la autoridad o cuidado de figuras parentales.
“Trabajamos para que puedan reintegrarse en la sociedad y no vuelvan a cometer delitos. La atención integral incluye educación, formación laboral y acompañamiento psicológico”, explicó Ramírez.














