La Confederación de Panificadores de Bolivia anunció este miércoles una medida que afectará directamente el bolsillo de los bolivianos: el precio del pan de batalla aumentará de 0,50 a 0,80 bolivianos por unidad, con un peso de 60 gramos, a partir de mañana.
Esta decisión fue tomada en un ampliado que se llevó a cabo en su sede de La Paz. La razón detrás de este incremento es la falta de entrega de insumos subvencionados por parte del Estado, una situación que, según el sector, ha estado ocurriendo durante los últimos 3 meses.
Ruptura del convenio
Rubén Ríos, el ejecutivo de la Confederación, fue claro al comunicar la ruptura del convenio que existía con la anterior administración gubernamental. “Nosotros sí o sí desde mañana salimos con 0,80 bolivianos”, enfatizó Ríos.
El nuevo precio de 0,80 bolivianos se aplicará tanto al pan de batalla como a las otras variedades que ofrece el sector. Ríos justificó el aumento al señalar que, al no recibir los insumos subsidiados, los panificadores han estado asumiendo un costo operativo que, en la práctica, los hacía “subvencionar a la población” durante los últimos 3 meses.
Impacto del incremento
Este incremento representa un aumento significativo respecto a los 0,50 bolivianos que costaba el pan subsidiado. A pesar de que en el ampliado se discutieron otros montos, la dirigencia aseguró que 0,80 bolivianos es el precio más bajo al que pueden vender el producto, buscando así proteger a la “gente humilde”.
Ríos no solo rompió el acuerdo, sino que también criticó abiertamente al nuevo Gobierno. Aseguró que el Ejecutivo no ha ofrecido soluciones concretas al problema de los insumos en las 2 semanas que el sector estuvo esperando respuestas.
Críticas al nuevo Gobierno
La crítica de Ríos se extendió a la actitud de las nuevas autoridades, quienes se han reunido con otros dirigentes del sector que él considera “ilegítimos”, ignorando a la Confederación.
Esta medida adoptada por los panificadores pone en alerta al Gobierno, que ahora deberá enfrentar el impacto social de un pan más caro y las demandas de uno de los sectores productivos más sensibles del país.














