La economía boliviana está mostrando signos de estabilización y mejora en indicadores clave, un mes después del balotaje presidencial que tuvo lugar en octubre de 2025. Este análisis proviene del economista Fernando Romero, quien destaca varias señales de recuperación. Entre ellas, se encuentran la caída del riesgo país, la reducción del dólar paralelo y la recuperación de bonos soberanos. Estos cambios reflejan una mayor confianza en el nuevo gobierno de Rodrigo Paz.
El indicador de riesgo país, que mide JP Morgan, ha descendido un 32% desde la segunda vuelta electoral. Al 14 de noviembre de 2025, este indicador se ubicó en 774 puntos, lo que sugiere un clima más favorable para la inversión extranjera y mejores condiciones para asumir compromisos internacionales.
Estabilidad del dólar paralelo
Después de alcanzar un pico de Bs 15 por dólar el día del balotaje, el 19 de octubre, la cotización en el mercado informal se ha estabilizado a la baja. Actualmente, se sitúa en torno a Bs 10,48. Por otro lado, el tipo de cambio oficial se mantiene sin cambios.
Recuperación de bonos soberanos
Los bonos del Estado con vencimiento en 2028 y 2030 han visto un aumento en su cotización, alcanzando aproximadamente $us 0,88. Este valor supera el rango de $us 0,81 a $us 0,85 que se registró en octubre.
Confianza en el nuevo gobierno
Romero atribuye este cambio en las expectativas económicas a una mayor confianza de los mercados en el nuevo gobierno de Rodrigo Paz. El analista señala que este comportamiento positivo responde a señales de apertura hacia el sector privado y gestiones de financiamiento externo. Además, destaca un enfoque de Estado “más pragmático”, que está orientado a enfrentar la crisis con apoyo internacional.
Mejoría en la provisión de combustibles
Además de las mejoras financieras, Romero también destacó una mejoría en la provisión de combustibles. Actualmente, la gasolina y el diésel se mantienen a Bs 3,72 y Bs 3,74 por litro, respectivamente.
No obstante, el analista advierte que la economía boliviana aún opera en un escenario de recesión e inflación. Esta situación sigue ejerciendo presión sobre el poder adquisitivo de la población. Aunque hay mejoras, Romero concluye que el país enfrenta un camino “largo y sinuoso” para consolidar su salud financiera y advierte que “el costo del ajuste es incierto”.














