La Premier League aporta aproximadamente 11.000 millones de euros a la economía británica, sostiene 100.000 empleos y contribuye con 5.000 millones de euros a los ingresos fiscales del Reino Unido. El fútbol inglés se ha convertido en un pilar esencial de la economía del país.
Por lo tanto, no es sorprendente que muchas personas se muestren escépticas ante la próxima llegada de un regulador independiente del fútbol británico, cuyo propósito es asegurar la supervivencia de los clubes y supervisar la gestión de sus propietarios.
La Premier League actual representa un negocio sin precedentes en el fútbol inglés. Esto se evidencia en los datos proporcionados por la consultora EY, que ha examinado la temporada 2023-2024 y ha revelado el notable crecimiento que se experimenta año tras año.
En esta temporada, la Premier y sus clubes generaron 9.800 millones de libras (11.000 millones de euros), lo que representa un incremento del 21 % en comparación con hace dos años y catorce veces más que en la campaña 1998-1999.
Inversión en el fútbol base
Además, la competición inglesa se enorgullece de haber invertido 2.800 millones de libras en divisiones inferiores desde 2012. También destaca que el 98,8 % de las entradas para los partidos se vendieron y que este éxito comercial y económico se refleja en el ámbito deportivo, con 9 clubes ingleses participando en competiciones europeas este año, incluyendo un récord de 6 en la Champions League, algo sin precedentes.
En promedio, cada partido de la Premier League recibió la temporada pasada a más de 40.000 espectadores en los estadios. A través de la televisión, un total de 1.450 millones de personas disfrutaron de la competición.
Valor económico y apoyo al deporte
“La Premier League genera un importante valor económico para el Reino Unido y promueve una imagen positiva del país en todo el mundo. Pero igual de importante es que apoyamos cada nivel de este deporte, desde el profesional hasta el amateur, así como las canteras y el fútbol base del país”, afirmó Richard Masters, presidente ejecutivo de la liga.
Riesgos del crecimiento
No obstante, este crecimiento sostenido está, según algunas figuras relevantes del fútbol inglés, en riesgo debido a la intervención gubernamental con la introducción del regulador independiente. Esta medida es una consecuencia directa de la fallida Superliga de la primavera de 2021.
Con el objetivo de evitar que situaciones similares se repitan, con 6 clubes ingleses como fundadores del proyecto, este regulador independiente se encargará de garantizar la estabilidad de los equipos, la legalidad de sus propietarios y dar voz a los aficionados, entre otras directrices. Los propios clubes consideran esta iniciativa, única en cualquier otra liga, como un riesgo innecesario.
Preocupaciones sobre la regulación
“Si la liga actual es un éxito, ¿por qué arriesgarla?”, comentan algunos. La Premier League insiste en que tiene la capacidad de autorregularse.
“Esto puede reducir nuestra competitividad y debilitarnos”, advirtió Masters en 2024. “Es un riesgo que esta regulación pueda perjudicar el éxito global de la Premier y acabar con el ganso que pone los huevos de oro del fútbol inglés”.
Cambios en las reglas financieras
A esta figura se suman otras iniciativas que podrían alterar los cimientos de la actual Premier, como las nuevas reglas financieras. Estas están destinadas a actualizar las normas vigentes desde 2013 e incluyen un límite salarial basado en los ingresos televisivos y un sistema de coste de plantilla, que establece que solo se puede gastar en jugadores un porcentaje de los ingresos totales.
Todos estos cambios serán seguidos de cerca por los 104.000 trabajadores que dependen del fútbol inglés, así como por las arcas de la Hacienda británica, que recibe 5.000 millones de euros en impuestos derivados de toda actividad relacionada con el fútbol.
“La Premier League es una de las historias de mayor éxito de este país, un poder económico global, una marca reconocida por miles de millones de personas en todo el mundo y una parte de nuestra identidad cultural”, aseguró Lisa Nandy, secretaria general de cultura del Reino Unido.














