La primera “caja de Pandora” del nuevo gobierno se ha abierto en la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). El ministro interino de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Óscar Mario Justiniano, ha ordenado una intervención inmediata debido a “indicios de corrupción”. Una auditoría inicial al programa de subsidio al trigo, que es clave para mantener el precio del pan en 0,50 bolivianos, ha revelado una gestión caótica y una deuda estimada de al menos 704,6 millones de bolivianos.
El ministro Justiniano describió la situación como “una deuda monstruosa”, refiriéndose a lo que heredó del gobierno del expresidente Luis Arce Catacora. Según el Estado de Ejecución Presupuestaria de Gastos, al 31 de agosto de 2025, Emapa solo había ejecutado el 6,8% del presupuesto de 755,9 millones de bolivianos destinado al programa de trigo. Esto significa que de cada 100 bolivianos aprobados para el trigo nacional, solo se utilizaron efectivamente 7, dejando el resto como pasivo.
Si se incluyen otros proyectos relacionados, el daño económico podría ascender a un rango de entre 900 y 1.000 millones de bolivianos.
Contradicciones en la gestión
Una investigación realizada por el medio cruceño El Deber ha descubierto una contradicción evidente en la gestión de la seguridad alimentaria. Mientras que la ejecución del programa de apoyo al trigo local estaba paralizada (6,8%), la partida destinada a la compra de harina recibió un presupuesto de 451,3 millones de bolivianos y ejecutó el 98,5% de esos recursos hasta agosto. En otras palabras, la gestión anterior gastó la totalidad de los fondos en importar y comercializar harina, en lugar de fortalecer la producción interna.
Aumento en la importación de harina
Esta dependencia de la importación se evidencia en el volumen de compra de harina para la subvención. Entre 2023 y 2024, la adquisición de harina para panificadores se incrementó en un 729%, pasando de 117.551 a 974.778 quintales, según datos presentados en el Congreso. A nivel general, la ejecución presupuestaria total de Emapa hasta agosto solo alcanzó el 37,5% de su presupuesto de 4.531,7 millones de bolivianos, una cifra que supera el presupuesto de la Gobernación de Santa Cruz.

Investigación de corrupción
El ministro Justiniano ha informado que la comisión interventora y las auditorías buscarán identificar los “actos de corrupción” y las responsabilidades detrás de estos malos manejos. La intervención se produce en un contexto en el que el exgerente de Emapa, Franklin Flores, quien es un exdiputado del MAS, ya enfrenta tres procesos judiciales por presunta corrupción. Esto incluye incumplimiento de deberes y enriquecimiento ilícito, con denuncias de malversación que superan los 934 millones de bolivianos.
Reacción del sector panificador
Ante esta situación, el Gobierno ha llamado a la calma al sector panificador. A través de su ejecutivo, Rubén Ríos, este sector exige una reunión urgente para definir el precio del pan de batalla, sugiriendo un posible incremento a 1 boliviano por unidad si no se normaliza la situación.
Mientras tanto, la entrega de pan marraqueta ha sido suspendida en puntos clave de La Paz. Justiniano ha pedido a la población que “no alarmen” con rumores de aumento de precio, comprometiéndose a buscar consenso para “proteger el bienestar de las familias bolivianas” y a tomar medidas responsables sobre la política de subsidios heredada.














