El Parlamento Europeo ha tomado una decisión importante al aprobar un recorte del 90% en las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2040, en comparación con los niveles de 1990. Esta votación se llevó a cabo el jueves 13 de noviembre de 2025 y resultó en 379 votos a favor, 248 en contra y 10 abstenciones. La medida cuenta con el respaldo de grupos como la Alianza de Socialistas y Demócratas y los Verdes, y facilita la negociación final para establecer una meta que será legalmente vinculante antes de que finalice el año.
La Eurocámara también ha permitido que los países miembros cubran un 5% del objetivo de reducción de dióxido de carbono (CO2) comprando créditos de emisión en países terceros fuera de la Unión Europea. A partir de este marco legislativo, se desarrollará la normativa específica para sectores como el transporte, la agricultura y la industria en la próxima década.
El compromiso recibió apoyo de varios grupos en la Eurocámara, incluyendo la Alianza de Socialistas y Demócratas, los liberales de Renovar Europa, los Verdes y la Izquierda. Por otro lado, los Conservadores y Reformistas, así como los Patriotas por Europa y la Europa de las Naciones Soberanas, votaron en bloque en contra de la medida.
División en el Partido Popular Europeo
El Partido Popular Europeo (PPE) mostró una división en su votación. Una mayoría de alrededor de 100 eurodiputados, que incluye a la CDU alemana, se pronunció a favor de la medida, mientras que aproximadamente 60, entre ellos el PP español, votaron en contra. Fuentes del PPE en la Eurocámara señalaron que el rechazo al objetivo negociado por su propia familia política europea ha sido “coherente” con su postura de promover una política medioambiental realista que no perjudique la competitividad de la UE.
El PPE argumentó que el objetivo de reducción de emisiones del 90% para 2040 no es realista y carece de credibilidad. Actualmente, el objetivo establecido para 2030 es del 55% y para 2050 es del 100%. Defienden una reducción lineal y consideran que un objetivo en torno al 77.5% es más alcanzable.
Cláusulas y revisiones periódicas
La meta ha sido suavizada con ciertas flexibilidades, como la opción de utilizar el 5% de créditos internacionales a partir de 2036. También se incluye una cláusula que permitirá revisar cada 2 años los avances científicos y tecnológicos, así como la competitividad internacional de la UE. Además, la entrada en vigor del sistema (ETS 2), que gravará el CO2 del combustible utilizado en el transporte por carretera y en edificios, se retrasará hasta 2028.
Objetivos ambiciosos y negociaciones
Según el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, esta meta sigue siendo uno de los objetivos más ambiciosos a nivel mundial, solo superado por el Reino Unido. Los Estados miembros lograron establecer una posición común el 5 de noviembre de 2025, antes de la COP30 que se llevará a cabo en Belém, Brasil. Esto ocurrió tras casi 24 horas de negociaciones para evitar llegar a la cumbre sin cumplir con sus obligaciones climáticas.
Países como Italia, Rumanía, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Chequia mostraron reticencias sobre cómo podría afectar esto a su competitividad industrial o sus planes para aumentar la inversión en defensa. El objetivo acordado actúa como un puente entre el 55% fijado para 2030 y la neutralidad que se debe alcanzar en 2050.
Modificaciones en el texto original
Durante su tramitación parlamentaria, los eurodiputados introdujeron modificaciones al texto original. Se exigirá que los créditos internacionales solo se puedan adquirir en países que estén alineados con el Acuerdo de París, con el fin de evitar un aumento superior a 1.5 grados respecto a los niveles preindustriales. También se reclaman flexibilidades adicionales que abarquen diferentes sectores e instrumentos para alcanzar objetivos que sean “eficientes en costes”.














