La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) se reunirá la próxima semana en Samarcanda, Uzbekistán, para evaluar varias decisiones importantes. Uno de los puntos destacados en la agenda es la posible prohibición del comercio del okapi y de las iguanas marinas y terrestres de las Islas Galápagos.
Durante la conferencia, que se llevará a cabo del 24 de noviembre al 5 de diciembre de 2025, se debatirán hasta 51 propuestas relacionadas con la regulación del comercio de 250 especies salvajes. La secretaria general de CITES, Ivonne Higuero, originaria de Panamá, hizo este anuncio en una rueda de prensa el miércoles.
Propuestas de Ecuador
Ecuador ha presentado una propuesta para trasladar a las iguanas de las Islas Galápagos del apéndice II, donde se encuentran las especies cuyo comercio está regulado, al apéndice I. Este último incluye especies en peligro de extinción, cuyo comercio está prohibido.
Las iguanas de Galápagos enfrentan múltiples amenazas, como la competencia con especies invasoras y fenómenos meteorológicos extremos, como El Niño, que está relacionado con un aumento en las temperaturas. Además, estas iguanas son víctimas de la captura ilegal para el comercio de mascotas, según explicó Thea Carroll, responsable de la Unidad de Ciencia de CITES.
Propuesta del Congo
La República Democrática del Congo también ha presentado una propuesta para incluir al okapi en el apéndice I. Esta especie endémica del país está relacionada con la jirafa y, hasta ahora, no cuenta con protección por parte de CITES.
El okapi, que tiene patas a rayas, está amenazado por la caza ilegal para el comercio internacional de su carne, piel y grasa, así como por la destrucción de su hábitat debido a la minería artesanal.

Especies acuáticas en riesgo
CITES ha recibido propuestas adicionales para regular el comercio de varias especies acuáticas, incluyendo la manta raya, los pepinos de mar, varias especies de tiburones, un tipo de caracol marino y anguilas.
Las poblaciones de las anguilas americana, europea y japonesa han disminuido significativamente en el último siglo. Esto se debe al alto valor de su carne en el comercio internacional, que es considerada “una exquisitez” en muchos países. En lugares como España, la angula, que es el alevín de la especie, es especialmente valorada.
Recuperación de especies
Por otro lado, el halcón peregrino y el oso marino de Guadalupe podrían pasar del apéndice I al II, lo que implica una regulación menos restrictiva, gracias a la recuperación de sus poblaciones. Carroll celebró este avance en la conservación.
El halcón peregrino, que sufrió declives catastróficos a mediados del siglo XX debido a pesticidas como el DDT, ha visto un aumento en su población gracias a los programas de conservación y reinserción en Norteamérica y Europa.
En cuanto al oso marino de Guadalupe, esta foca que habita en la costa norteamericana del Pacífico, desde México hasta Canadá, estuvo “al borde de la extinción”. Su población ha crecido de apenas 200 individuos en 1954 a más de 34,000 en la actualidad.

Otras propuestas de regulación
Además, varios países han propuesto reducir la protección del bontebok, que es una especie de antílope, así como de las jirafas de algunos países y de dos especies de árboles del centro de África.
Actualmente, CITES regula el comercio internacional de más de 40,000 especies de animales y plantas, prohibiendo el comercio del 3% de ellas por estar en peligro de extinción.














