El pasado viernes 7 de noviembre el Teatro de la Casa Municipal de Cultura vibró al ritmo de las risas, los aplausos y las voces de cerca de 200 niñas y niños que protagonizaron el Concierto de Coros Infantiles “Voces de Esperanza”, una jornada inolvidable que unió arte, ternura y compromiso social bajo el mensaje central de defender el derecho de la niñez a crecer en familia.
Cuatro unidades educativas, una sola voz
Los protagonistas de la velada fueron las niñas y niños de las unidades educativas Óscar Alfaro, España y María Rosa Quintela de Oruro —todas del ciclo inicial— y la unidad educativa Mariscal Sucre del municipio de Caracollo, de primaria.
Con disciplina, entusiasmo y alegría, cada coro interpretó canciones del acervo musical nacional, algunas incluso en idioma originario, reflejando la diversidad cultural y la riqueza de nuestras raíces.
Más de 400 personas colmaron el teatro desde las 18:30 horas, movidos por el deseo de apoyar a sus hijos y sumarse a la causa que impulsa Aldeas Infantiles SOS Oruro, una organización que trabaja día a día para garantizar que cada niña y niño pueda crecer protegido, amado y en el calor de una familia.
UNA NOCHE MÁGICA DE MELODÍAS Y EMOCIONES
La gala estuvo llena de momentos conmovedores. El artista invitado Imar Antezana, músico y periodista muy querido por los orureños, regaló al público una interpretación especial de la canción “Más Allá”, una composición propia dedicada a Aldeas Infantiles SOS. Su presentación fue ovacionada y acompañada con aplausos que resonaron en todo el teatro.
Las melodías interpretadas por los pequeños artistas llenaron el ambiente de energía, esperanza y ternura, tocando el corazón de madres, padres, docentes y público presente. Cada canción fue una celebración del esfuerzo, la inocencia y la alegría de la niñez orureña.

MÚSICA QUE EDUCA Y PROTEGE
El concierto fue más que un espectáculo: representó la culminación de un proceso formativo desarrollado por Aldeas Infantiles SOS Oruro junto a las unidades educativas participantes.
Durante varios días, colaboradores de la organización brindaron talleres de autoprotección y cuidado a las niñas y niños, donde aprendieron a identificar riesgos, cuidarse a sí mismos y proteger a otros, además de reconocer la importancia de denunciar cuando sus derechos son vulnerados. Este proceso permitió empoderar a los pequeños artistas para que, a través de su voz y ejemplo, puedan replicar estos aprendizajes en sus escuelas y comunidades.
Tras más de dos horas de música, risas y emociones compartidas, todos los coros se unieron en el escenario para interpretar la emblemática canción de José Luis Perales, “SOS no es una canción”, considerada el himno de Aldeas Infantiles SOS. El público, profundamente conmovido, acompañó el momento encendiendo las luces de sus celulares, iluminando el teatro con un resplandor simbólico de unión y esperanza.
Entre lágrimas y sonrisas, la noche concluyó con un mensaje que quedó grabado en cada corazón: cuando la comunidad se une en solidaridad, el futuro de miles de niñas y niños puede transformarse para mejor.
“Voces de Esperanza” no solo fue un concierto: fue un canto colectivo por la niñez, por el amor y por el derecho de cada niño y niña a crecer en familia.



















