Los atletas Héctor Garibay y Jhoselyn Camargo, referentes del atletismo boliviano en pruebas de fondo y maratón, anunciaron su renuncia a participar en los Juegos Bolivarianos 2025, que se realizarán en Ayacucho (Perú) entre el 22 de noviembre y el 7 de diciembre, como forma de protesta ante lo que consideran irregularidades persistentes en la Federación Atlética de Bolivia (FAB) y falta de respaldo institucional.
Ambos deportistas expresaron su decisión a través de comunicados difundidos en redes sociales, donde denunciaron trabas en los procesos de selección, exclusión de programas de apoyo y presuntos actos de favoritismo en la asignación de becas y cupos internacionales.
RECLAMOS
Garibay, atleta orureño con marca mínima para los Juegos Olímpicos París 2024, lamentó que sus logros hayan sido ignorados en la planificación federativa. Señaló que desde su alejamiento del club “Pie de Viento” ha enfrentado restricciones en el acceso a recursos del Programa de Alto Rendimiento de la Gobernación de Oruro, lo que afecta directamente su preparación. También cuestionó el rol del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) en la administración de dicho programa.
“Mis marcas me avalan, no fui seleccionado a dedo. Renuncio porque mis esfuerzos pasan desapercibidos”, expresó Garibay, quien además denunció haber sido apartado de la beca olímpica y de los planes rumbo al ciclo Los Ángeles 2028.
Por su parte, Camargo, fondista paceña, apuntó directamente al presidente de la FAB, Marco Luque, por supuestas decisiones discrecionales en la nominación de atletas. En su comunicado, señaló que se alejará de toda actividad federativa hasta que se produzca una renovación dirigencial que garantice procesos transparentes y equitativos.

ANTECEDENTES
La FAB ha sido objeto de críticas en años anteriores por decisiones controvertidas en la representación internacional. En 2021, el atleta Vidal Basco, clasificado por ranking para los Juegos Olímpicos de Tokio, fue marginado de la delegación boliviana con argumentos poco valederos.
En 2023, Basco fue sancionado por cuatro años por la Unidad de Integridad Atlética debido al consumo involuntario de una sustancia prohibida; las autoridades nacionales hicieron poco o nada para defender al que por ese entonces era el mejor fondista de Bolivia.
Ese mismo año, Garibay desistió de asistir al Mundial de Budapest por falta de respaldo institucional y económico. Recientemente se conoció la exclusión de Guadalupe Torres del Mundial de Tokio 2025, también atribuida a inconsistencias administrativas.
Los atletas denuncian que, en varios casos, se favorece a deportistas que no cumplen con las marcas mínimas exigidas para eventos internacionales, mediante presuntas modificaciones a las normas de selección. Esta situación, según los comunicados, vulnera el principio de meritocracia y desmotiva a quienes han alcanzado los estándares técnicos requeridos.
De momento, los dirigentes de la Federación Atlética de Bolivia no se han pronunciado sobre el desistimiento de ambos deportistas ni las críticas que se dan a su gestión administrativa, mientras que a nivel nacional el anuncio de los dos fondistas ha generado una serie de cuestionamientos.
La renuncia de Garibay y Camargo, ambos medallistas y referentes del atletismo nacional, ha generado preocupación en sectores deportivos y ciudadanos que siguen de cerca el desempeño de los atletas bolivianos en el ámbito internacional.














