La expansión de los bosques en Europa, Norteamérica, el Cáucaso y Asia Central ha ganado 60 millones de hectáreas en los últimos 30 años. Sin embargo, esta expansión enfrenta serias amenazas como incendios forestales, plagas y el cambio climático. Esta información fue presentada por expertos de la ONU el 5 de noviembre de 2025 en Ginebra.
Incremento en el almacenamiento de carbono
Los bosques en estas regiones han incrementado en un 11% su capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono. Este aumento no contribuye al calentamiento global, según las mediciones realizadas para un informe que se elabora cada cinco años. En total, la región alberga más de 1.760 millones de hectáreas de bosques, lo que representa el 42% de los bosques del mundo y casi la mitad de los bosques primarios.
Importancia de los ecosistemas forestales
Estos ecosistemas son fundamentales para la biodiversidad, la regulación del clima, el suministro de madera y el bienestar humano. En promedio, los bosques cubren el 39% de la superficie de las cuatro regiones estudiadas, aunque hay variaciones significativas entre países. Por ejemplo, en Finlandia, los bosques cubren el 74% del territorio, mientras que en Rusia ocupan la mitad. En Canadá, representan el 41%, en España el 38%, en Estados Unidos el 33%, en el Reino Unido el 13% y en Turkmenistán solo el 5%.
Contraste con la situación global
A pesar de la expansión en estas regiones, la situación global es preocupante, ya que se pierden casi 11 millones de hectáreas de bosques cada año, según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El volumen total de madera ha aumentado en un tercio, gracias a que los bosques ocupan más espacio en este grupo de países. Actualmente, más de 300 millones de hectáreas cuentan con protección legal debido a nuevas áreas designadas para la conservación.
Advertencias de los expertos
No obstante, los expertos advierten que estos logros podrían perderse sin políticas nacionales que aseguren una gestión adecuada. Los datos indican que la expansión de los bosques se está volviendo más lenta. Sin un crecimiento regular y ante los daños causados por incendios e insectos, estos vastos bosques podrían transformarse en emisores netos de carbono. “No sabemos a qué velocidad irá el cambio climático y cómo reaccionarán los bosques”, señaló a la prensa Roman Michalak.













