Cada 3 de noviembre, el mundo celebra el Día Mundial del Sándwich, una fecha que rinde homenaje a uno de los alimentos más universales y consumidos en todo el planeta. Esta conmemoración no es casual, ya que marca el nacimiento en 1718 de John Montagu, IV Conde de Sandwich, un noble británico a quien se le atribuye la invención del sándwich tal como lo conocemos hoy.
Según la Encyclopaedia Britannica, la creación del sándwich fue un acto de pragmatismo. Montagu, un apasionado jugador de cartas, pidió que le sirvieran carne entre dos rebanadas de pan para no ensuciarse las manos y poder comer sin dejar la mesa de juego durante sus largas sesiones. Esta solución simple transformó un pedido informal en una costumbre global, que rápidamente se popularizó entre la nobleza inglesa y, posteriormente, en todo el mundo.
La primera mención escrita de esta forma de comer se remonta a 1762, registrada en el pueblo de Sandwich, Kent, que dio nombre tanto a la familia Montagu como al famoso plato. La Asociación del Sándwich Británico celebra esta efeméride con concursos y homenajes en Kent, destacando cómo la expresión “lo mismo que Sándwich” se convirtió en sinónimo de comer carne entre pan en la corte.
Un alimento práctico y rápido
Tres siglos después de su creación, el sándwich sigue manteniendo su esencia de practicidad y rapidez, convirtiéndose en un pilar de la comida “al paso” en todo el mundo. La palabra “sándwich” fue oficialmente incorporada al diccionario de la Real Academia Española (RAE) en 1927, consolidando su lugar en la cultura gastronómica global.
Franquicias internacionales y el mercado de alimentos preparados utilizan el Día Mundial del Sándwich para organizar eventos y campañas de responsabilidad social. Por ejemplo, algunas organizaciones como el Banco de Alimentos en varios países aprovechan esta jornada para recaudar fondos y combatir el hambre, resaltando la dimensión social de este alimento.

El crecimiento de la demanda
Datos sobre tendencias gastronómicas, especialmente en aplicaciones de delivery, muestran un crecimiento sostenido en la demanda de sándwiches. En la región latinoamericana, se han registrado aumentos de más del 230% en años recientes, lo que subraya su creciente popularidad global, desde el clásico jamón y queso hasta las creaciones gourmet.
El sándwich de chola en Bolivia
Mientras el mundo celebra el origen británico, muchas culturas han adoptado y transformado el concepto del sándwich, creando íconos culinarios locales. Un ejemplo vibrante es el Sándwich de Chola de Bolivia, que se ha convertido en un emblema de la gastronomía callejera de La Paz.
Este sándwich tiene su origen a principios del siglo XX y está fuertemente ligado a las mujeres aymara de pollera, conocidas como “cholitas”, que lo popularizaron. Se cree que surgió alrededor de 1908, posiblemente inspirado por el sándwich de butifarra peruano. Sin embargo, las “cholitas” le dieron su toque especial: reemplazaron el embutido por pierna de cerdo asada y rebanada finamente, servida en pan redondo o marraqueta.

Ingredientes y legado cultural
Los acompañamientos esenciales son el escabeche, que consiste en cebolla y zanahoria en vinagre, y el toque aromático de la quirquiña, una hierba andina. A menudo, se remata con llajwa, una salsa picante, o ají. El nombre “sándwich de chola” proviene de la frase “el sándwich que vende la chola”, consolidándose como un homenaje a las vendedoras que lo hicieron un plato imprescindible en fiestas patronales y mercados.
Hoy en día, este sándwich ha alcanzado incluso menús gourmet, manteniendo vivo el legado cultural paceño y demostrando cómo un alimento puede trascender su origen y convertirse en un símbolo de identidad local.













