La diplomacia estadounidense emitió este jueves una doble señal de optimismo y advertencia desde Jerusalén: el secretario de Estado, Marco Rubio, expresó su confianza en el avance del acuerdo de alto el fuego en Gaza, mientras que el presidente Donald Trump amenazó con retirar todo el apoyo de Estados Unidos a Israel si este país anexa la Cisjordania ocupada.
Rubio calificó de “segura” y “positiva” la postura de la Administración estadounidense sobre la tregua, tras reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El diplomático destacó el progreso “increíble” de las negociaciones en la última semana, pero reconoció la existencia de “obstáculos importantes” para la consolidación definitiva del acuerdo, cuya primera fase entró en vigor el 10 de octubre de 2025.
Netanyahu, por su parte, agradeció la visita de la delegación de alto nivel de Washington, que incluye al vicepresidente JD Vance, y celebró el “círculo de confianza y colaboración” con la Casa Blanca, mientras insistía en que Israel afronta “días del destino” con desafíos de seguridad pendientes.
La visita de Rubio y Vance estuvo marcada por una confrontación política generada por las recientes iniciativas legislativas en el parlamento israelí (Knéset) para allanar el camino hacia la anexión de la Cisjordania.
El presidente Trump, en una entrevista telefónica con la revista Time, fue tajante: “Eso no ocurrirá porque di mi palabra a los países árabes. Israel perdería todo el respaldo de Estados Unidos si eso sucediera”. La declaración se alinea con la condena emitida por una docena de Estados árabes y musulmanes, preocupados por la violación de los acuerdos regionales.
El vicepresidente JD Vance reiteró la postura de la Administración, calificando la votación de la Knéset como una “maniobra política muy estúpida” y “personalmente insultante”.
Antes de su llegada a Israel, el secretario Rubio ya había advertido que los movimientos de anexión eran “amenazantes para el acuerdo de paz” en Gaza, subrayando la postura oficial de la Casa Blanca de no respaldar la anexión de Cisjordania.
A pesar de las gestiones diplomáticas, la situación en el terreno sigue siendo extremadamente volátil.
El gobierno de Hamas en Gaza ha denunciado “decenas de violaciones” al cese al fuego por parte de las fuerzas israelíes, incluyendo tiroteos contra civiles palestinos que intentaban cruzar hacia zonas controladas por el ejército, que habrían resultado en la muerte de al menos 40 personas.
La tensión escaló con bombardeos israelíes que causaron la muerte de al menos 45 palestinos tras una escaramuza.
Un factor crucial para la continuidad de la tregua es el destino de los 13 cuerpos de rehenes israelíes que, según informes, siguen en manos de Hamas tras el canje de prisioneros de la primera fase. Israel considera la entrega de estos restos como una condición clave.
En paralelo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que la situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica. Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que no hay un “alivio significativo en la inseguridad alimentaria” debido a que la cantidad de ayuda que ingresa al enclave es insuficiente, lo que agrava la hambruna entre la población.
La Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, también permanece como un foco de violencia. Desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, cerca de 1.000 palestinos, entre militantes y civiles, han muerto a manos de soldados y colonos israelíes, en contraste con al menos 43 israelíes fallecidos en ataques palestinos o en operaciones militares en la región.













