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Día Internacional del Patrimonio Cultural: Bolivia resalta como guardián de tradiciones ancestrales

El Carnaval de Oruro se encuentra entre las joyas bolivianas que figuran en la lista de la Unesco / LA PATRIA
La riqueza cultural de Bolivia resalta hoy en el Día Internacional del PCI, con nueve elementos reconocidos por la Unesco que preservan la identidad de sus pueblos.

Hoy, el mundo se une para celebrar el Día Internacional del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI). Esta fecha está dedicada a reflexionar sobre la riqueza de las prácticas, conocimientos y expresiones que definen la identidad de los pueblos. En este contexto, Bolivia se destaca a nivel global como custodio de una herencia viva, con 9 elementos inscritos en las listas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Estos elementos van desde rituales ancestrales hasta grandiosas fiestas urbanas.

El PCI, según la Unesco, se define como las tradiciones que se transmiten de generación en generación. Este patrimonio es un legado que se siente, se baila y se vive. En el Estado Plurinacional de Bolivia, este patrimonio es un testimonio vibrante de la confluencia de culturas andinas y amazónicas.

Compromiso de Bolivia

La lista de la Unesco es el mejor indicador del profundo compromiso de Bolivia con la salvaguardia de su diversidad cultural. Cada inscripción no es solo un reconocimiento, sino también una estrategia activa para protegerse contra la homogeneización cultural y la pérdida de transmisión.

Joyas bolivianas en la Unesco

Entre las joyas bolivianas que figuran en la lista de la Unesco se encuentra el Carnaval de Oruro, declarado en 2008 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Este carnaval es la máxima expresión del sincretismo cultural andino, donde convergen ritos prehispánicos y la fe católica. Originalmente, fue declarado en 2001.

Otro elemento destacado es la Cosmovisión Kallawaya, inscrita en 2008, que representa la medicina tradicional y los conocimientos ancestrales de esta cultura, un recurso invaluable para la salud y el conocimiento del universo.

Los Recorridos Rituales de la Alasita, inscritos en 2017, van más allá de la simple compra de miniaturas. Esta festividad es un acto de fe y esperanza en La Paz, donde el imaginario colectivo transforma los deseos en promesas de prosperidad, ligado al culto del Ekeko, el dios de la abundancia.

La Festividad del Gran Poder, declarada en 2019, es la mayor expresión folklórica urbana de La Paz. Esta celebración moviliza a miles de danzarines y artesanos, consolidando la identidad cultural del pueblo.

Además, la inscripción más reciente es la de Ch’utillos en Potosí, que se registró en 2023. Esta festividad celebra la Fiesta de San Bartolomé y San Ignacio de Loyola, fusionando el fervor religioso con la riqueza cultural de las danzas del sur del país.

Otros elementos destacados incluyen la Ichapekene Piesta de San Ignacio de Moxos, inscrita en 2012, y el Pujllay y el Ayarichi, que fueron inscritos en 2014, representando la cultura yampara en Chuquisaca. También está la Fiesta Grande de Tarija, que se inscribió en 2021. Bolivia fue pionera con la inscripción del programa de buenas prácticas para proteger el patrimonio cultural inmaterial de las comunidades aymaras en 2009, que comparte con Chile y Perú.

Retos del patrimonio inmaterial

A pesar de estos logros, la celebración de hoy recuerda los retos que enfrenta el patrimonio inmaterial. La globalización, el cambio climático y la migración amenazan con desdibujar las fronteras de estas prácticas.

La ministra de Culturas, en recientes declaraciones, ha subrayado que la protección del PCI no puede ser solo normativa. Debe traducirse en políticas de desarrollo sostenible. La Unesco advierte sobre el peligro de la comercialización excesiva y la pérdida de autenticidad si las prácticas se despojan de su contexto ritual, convirtiéndose en meros espectáculos turísticos.

La importancia de la transmisión

La clave, como lo demuestra la vitalidad de la Alasita, reside en la transmisión generacional. El PCI no es una reliquia del pasado; es una fuerza viva y en constante evolución. Con el apoyo de las comunidades, la academia y el Estado, se asegura que la identidad boliviana siga resonando en el futuro.

Hoy, más que nunca, es un llamado a honrar a los portadores de este legado: los artesanos, músicos, ritualistas y todos aquellos que mantienen viva la cultura en cada danza y en cada tradición.


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