Brasil y Estados Unidos comenzarán este jueves en Washington una reunión formal con el objetivo de mejorar sus relaciones bilaterales, que han estado marcadas por tensiones políticas y comerciales. El canciller brasileño, Mauro Vieira, se reunirá con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, para abordar los aranceles del 50% que Estados Unidos impuso a productos brasileños en respuesta al juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro.
Restricciones y tensiones
El enfoque de este encuentro estará en las restricciones que la Casa Blanca ha impuesto como reacción al proceso judicial contra Jair Bolsonaro, quien fue condenado a 27 años de prisión por el Tribunal Supremo Federal (STF) por intento de golpe de Estado. Esta situación ha sido calificada por Donald Trump como una “caza de brujas”. La crisis diplomática se ha intensificado, incluyendo sanciones políticas y la revocación de visados a magistrados del STF.
Deshielo en las relaciones
El acercamiento en las relaciones entre Brasil y Estados Unidos se produce tras un breve encuentro entre Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump durante la reciente Asamblea General de la ONU. En esa ocasión, ambos líderes acordaron reabrir los canales de diálogo que habían estado paralizados. Además, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, anunció una reunión con autoridades estadounidenses a finales de octubre en el marco de la reunión de ministros de Energía del G7 en Canadá.
Cooperación en minerales críticos
El objetivo de estas reuniones es avanzar en la cooperación en áreas estratégicas como minerales críticos y tierras raras. Este sector se ha convertido en un nuevo eje de interés para Estados Unidos, especialmente en el contexto de su disputa comercial y tecnológica con China. Trump ha expresado su preocupación por la dependencia de estos recursos y ha amenazado con imponer aranceles del 100% contra China.
Recursos y negociaciones
Brasil cuenta con vastas reservas de minerales que aún no han sido explotadas y está dispuesto a negociar. Silveira ha asegurado que la política comercial y externa brasileña está “abierta a todos los países del mundo”, incluyendo a China y Estados Unidos, con el fin de atraer inversiones en este sector. Sin embargo, enfatizó que cualquier inversión extranjera será “bienvenida” siempre que cumpla con los requisitos de “explotación legal, sustentable y con resultados sociales” que establece el Gobierno brasileño.
Estabilidad en la relación bilateral
Con las reuniones programadas para esta semana y la próxima agenda energética, ambos gobiernos buscan inyectar estabilidad en una relación bilateral que es esencial. El objetivo es reorientar esta relación hacia intereses económicos y energéticos estratégicos, a pesar de las diferencias políticas que aún existen entre ambos países.